Avances antisísmicos
Innovaciones antisísmicas: alto desarrollo en Chile.
Con la frecuente ocurrencia de eventos de gran magnitud, Chile es un laboratorio sísmico natural. Además de frecuentes, acá se han presentado los terremotos más grandes del planeta, entre los que se cuentan Valdivia en 1960 y Maule en el 2010.
Esta realidad ha sido asumida con desarrollo e investigación. Luego del terremoto de Illapel, en 2015, en el mundo llamó la atención la capacidad de Chile para afrontar este tipo fenómenos. En la ocasión, la jefa de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Unisdr), Margareta Wahlström, destacó la respuesta del Estado chileno y los resultados patentes de las inversiones en normativa, infraestructura, capacitación humana y planes de emergencia. En tanto, el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Chile, Antonio Molpeceres, afirmó en aquellos días que “les cuesta a muchos creer que con un terremoto de más de ocho grados de magnitud, una en ciudad de cinco millones de habitantes, como Santiago, no se haya caído ningún edificio. Eso no es normal”.
Desarrollo normativo
En este escenario, el desafío para las edificaciones es mayor. Básicamente, el desarrollo normativo se orienta a que lo que se construya no colapse y, además, pueda mantener o recuperar su funcionalidad de la forma más rápida posible, comenta el director del Centro Sismológico Nacional (CSN) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos: “La sismicidad obliga a que, de forma permanente, se estén examinando métodos que permitan disminuir la vulnerabilidad y encontrarnos preparados para enfrentar fenómenos que, de seguro, seguirán presentándose”.
El hecho de ser el país más sísmico del mundo ha propiciado el desarrollo de la más exigente normativa antisísmica y la constante evaluación y actualización de parámetros que debe cumplir la infraestructura, acota Yves Besançon, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).
De esta forma, tanto la infraestructura pública como privada invierte en resguardos para enfrentar los terremotos mientras que, con la ocurrencia de cada sismo, se investiga e incorporan los antecedentes para revisar la normativa y evitar que se repitan problemas evidenciados.
Tecnologías avanzadas
Desde hace unas décadas la aislación y disipación sísmica han tenido un gran desarrollo en diferentes proyectos, según sus características y usos.
El avance de la ingeniería antisísmica, tanto teórica como aplicada, obliga a los profesionales en Chile a estar desarrollan- do tanto conocimiento como soluciones, asevera Sergio Contreras, director del Instituto de la Construcción (IC): “Respecto de las tecnologías, ha habido una relativa buena incorporación de la aislación y disipación sísmica, aplicándolas en varios edificios con bastante éxito. El desafío es mejorar su penetración, ya que tienen aún espacios para crecer en presencia”, añade.
Los aisladores sísmicos han sido de gran utilidad en los proyectos de hospitales y clínicas, comenta el past president de AOA. “Mientras que, para edificios de oficinas, los amortiguadores sísmicos han contribuido en disipar la fuerza del sismo y así evitar daños accesorios como mobiliario, ascensores o cielos, además de permitir a los usuarios una percepción psicológica menos agresiva del movimiento estructural”, explica.
Hoy, sostiene el arquitecto, grandes desafíos están en los controles y supervisión de las obras de construcción, en el cumplimento de los proyectos y sus especificaciones.
“Una prueba de la calidad de nuestra ingeniería y arquitectura es el excelente comportamiento de los edificios en el sismo 8.8 del 27 de febrero de 2010, uno de los de mayor magnitud desde que se conocen mediciones sísmicas. Las edificaciones aprobaron con creces la difícil prueba de ese enorme sismo”, Yves Besançon, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).