Mejorar la educación pública
Hay que generar las condiciones para que todas las escuelas mejoren su evaluación y dotarlas de un proyecto educativo.
AS ALLA de planteamientos ideológicos, Chile necesita una educación pública y una educación particular subvencionada de buena calidad; juntas representan el 93% de la matrícula nacional. No es sustentable un sistema educacional que, por más que sea el líder en Sudamérica, muestra a una de estas dependencias con constantes síntomas de agotamiento. Prueba de ello es el éxodo de alumnos desde el sector municipal al particular subvencionado, el que la autoridad ha cifrado entre un 5% y un 10%.
Es errada la estrategia utilizada por algunos de pensar que destruyendo a una se favorece a la otra. Y es una creencia que ha empantanado la posibilidad real de un diálogo fructífero. La educación pública es un objetivo o meta con la que todas las escuelas de Chile debiéramos medirnos en función del acceso, foco en los aprendizajes, oportunidades sociales, políticas y económi- cas, desarrollo de ciudadanía y tolerancia frente a la diversidad.
La familia chilena (según la encuesta CDC 2012 de educación) nos muestra nítidamente la razón de la constante migración de matrícula desde la educación municipal a la particular subvencionada (fenómeno de mayor antigüedad que el movimiento estudiantil del 2011). Se trata de un proceso progresivo en el tiempo y que coincide con ciertos hitos.
Hace algunos años, el país era testigo de la paralización de actividades de los profesores, los cuales pedían reivindicaciones laborales, y más tarde, del llamado “pingüinazo”, sucesos que también se tradujeron en la pérdida de estudiantes para el sector público de educación.
Tal cambio está influenciado por varios factores, pero la encuesta CDC identificó que el 65% de los padres y apoderados lo hace en busca de una convivencia escolar que facilite el aprendizaje. Sin duda que los constantes comentarios de “algunos expertos” o “defensores” de la educación pública han contribuido a minar la confianza de las familias en estas escuelas al calificarlas como malas, pobres y con malos profesores.
Pese a la preferencia de las familias por la educación particular subvencionada, tampoco es posible señalar que toda ella es de calidad. Sin embargo, pese a sus dificultades, logra cumplir mejor con las expectativas de las familias. De acuerdo a la citada encuesta, de los 16 ítems de atributos medidos, la particular subvencionada supera a la municipal en todos, inclusive en áreas como diversidad social y manejo de los recursos públicos.
Hay que generar las condiciones para que todas las escuelas mejoren su evaluación, recuperar el orden y seguridad para ellas, dotarlas de un propósito (proyecto educativo), y promover mayor interacción entre escuelas para comprender y colaborar en transferir las mejores prácticas.
Hay que dejar de denostar a la educación pública y dejar de satanizar a la educación particular, y comprender que la educación es una responsabilidad compartida de todos. No es un tema sólo de recursos.