La Tercera

Hallazgo confirma que Homo Erectus fue primer ancestro humano en usar fuego

- Francisco Rodríguez I.

Cuando se habla del fuego todo es teoría. Nadie sabe quién lo dominó primero ni cuál fue su primer uso. Sin embargo, las evidencias halladas hasta ahora sugieren que cocinar con fuego fue lo que diferenció para siempre a los hombres de los simios. “Cocinar es lo que hace humana nuestra dieta y es la explicació­n más lógica de los avances en el tamaño del cerebro y el cuerpo sobre nuestros antepasado­s simios”, postuló en 2009 Richard

10 Wrangham, de la U. de Harvard. Esto, porque se ha demostrado que la cocción permite absorber mejor las proteínas e hidratos de carbono de los alimentos: energía extra que potenció, sobre todo, al cerebro.

Ahora, un equipo internacio­nal de arqueólogo­s parece confirmar esta teoría al encontrar la primera evidencia del uso de fuego controlado por parte del Homo Erectus, un antepasado del hombre moderno que vivió hace 1,8 millón de años y cuyo cerebro sufrió un salto evolutivo al lograr un 42% más de volumen (800 a 1.200 cm3) que el de su antecesor, el Homo Habilis (363 a 600 cm3). Los humanos tiene entre 1.350 y 1.400 cm3.

El primer cocinero

El hallazgo -de una data de un millón de años- fue realizado en la cueva Wonderwerk, en Sudáfrica, donde se encontraro­n restos de instrument­os y huesos quemados, además de combustibl­e. “Esta es la primera evidencia segura. Hay otros sitios de edades o restos arqueológi­cos similares, pero son sitios abiertos al aire libre y la acción de los incendios forestales o rayos no se puede excluir”, explica a La Tercera Francesco Berna, profesor del Departamen­to de Arqueologí­a de la U. de Boston, quien junto a investigad­ores de las universida­des de Toronto, en Canadá, y Witwatersr­and, en Sudáfrica, hizo el análisis de los restos.

En medio de bloques de sedimento de la cueva, los expertos encontraro­n trazas microscópi­cas de ceniza y de hueso quemado. Para los investigad­ores, que los restos hallan sido encontrado­s al interior de la cueva es clave y apoya la teoría de que el “El único país que ha logrado t e r minar c o n e s t e tipo de actividad es Brasil. En 2009, la OMS recomendó su cierre, pero en Chile lo único que se consiguió fue que los menores de 18 años deben llevar un documento notarial con autorizaci­ón de sus padres para utilizarlo­s”, dijo.

De acuerdo a la Internatio­nal Agency Research for Cancer (Iarc), la incidencia promedio mundial de melanoma fue de 2,8 por cada cien mil habitantes para el año 2011. Para Chile, la incidencia probable fue de 3,2.

El aumento de este tipo Homo Erectus fue uno de los primeros en controlar el fuego. “Esto demuestra una asociación entre el Homo Erectus y el fuego. La gran pregunta ahora es determinar cómo el Homo Erectus utilizaba el fuego y entender cómo el fuego se encajó en su estilo de vida”, dice a La Tercera Michael Chazan, investigad­or de la U. de Toronto.

Clave evolutiva

El descubrimi­ento podría ser una de las pruebas fundamenta­les y definitiva­s para probar que este ancestro del hombre fue el primero en cocinar sus alimentos y que esto le habría permitido su salto evolutivo. “Nuestros datos son consistent­es con el Homo Erectus y su uso del fuego para cocinar, como lo sugiere la hipótesis de cocina”, de Richard Wrangham, dicen los autores, que creen que la gran cantidad de restos hallados en la cueva podría finalmente llevar a responder estas preguntas. “Encontramo­s herramient­as de piedra, en particular, hachas de mano que son caracterís­ticas del Homo Erectus y huesos de animales que probableme­nte eran restos de comidas consumidas por ellos”, dice Chazan.

Con estos datos, los expertos esperan probar que el dominio del fuego provocó una mayor facilidad para masticar y digerir los alimentos, lo que significó reservas extras de energía que les permitiero­n a los Homo Erectus caminar distancias más largas, tener un sistema inmunitari­o fortalecid­o, crías más robustas y un mayor cerebro, debido al mayor aporte de glucosa que recibían gracias a la comida cocida. Eso, sin contar con que cocinar los obligó a planificar, lo que les permitió generar habilidade­s sociales. de cáncer también tiene un elemento genético. El gen BRAF se puede alterar debido a la radiación que recibe y generar un melanoma en una zona del cuerpo que no está expuesto al sol, como el interior de la boca o detrás de las orejas. “Un lunar que cambia su aspecto -esté expuesto o no a la luz solar- puede ser un posible melanoma. A veces s o n pe q ue ños d e siete u ocho milímetros, pero las células alteradas que genera pueden pasar al torrente sanguíneo, alojarse en el cerebro, hígado o pulmones y desarrolla­r un cáncer”, dijo el experto.

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