La Tercera

Jorge Volpi: “Mi novela es parte de la historia privada del sicoanális­is”

Autor mexicano presenta La tejedora de sombras, premio Planeta-casa de América. El libro cuenta la tormentosa historia de Christiana Morgan, paciente de Carl Jung.

- Javier García

R El La relación de amantes ent r e Chr i s t i a n a Morga n y Henry Murray duró cuatro décadas, hasta la muerte de ella, en 1967. Una tormenta amorosa. Ambos, sicoanalis­tas estadounid­enses de la Universida­d de Harvard, llegaron hasta el despacho de Carl Jung, en Zurich, a fines de la década del 30. Creían que el suizo -clave en la gestación del sicoanális­is- les daría la calma para poder estar juntos. Fue peor. “Su experienci­a conjunta sirvió para desarrolla­r las teorías j unguianas, per o arrinconó para siempre la felicidad de una mujer”, dice Jorge Volpi sobre Christiana Morgan. El escritor mexicano ficciona la historia de la pareja en La tejedora de sombras. Novela ganadora del premio Planeta-casa de América 2012, dotado de 200 mil dólares, se presenta al mediodía de hoy en Chile, en la sede de Santiago de la Universida­d de Talca (Québec 415). El autor de En busca de Klingsor, que llegó el domingo al país, estará acom- Ganador del premio José Donoso 2009, Volpi supo de la relación entre Morgan y Murray en la Universida­d de Harvard, buscando material para su novela No será la tierra (2006). Volpi se obsesionó con la historia de esta pareja, que mantuvo una relación secreta desde 1925 hasta fines de los 60. El, casado con una millonaria. Ella, esposa de un veterano de guerra, arma un diario donde anota los diálogos de las sesiones que tiene con Jung durante tres meses. “Fue poco tiempo, pero muy intenso. Se veían todos los días. Incluso, a veces dos veces por día”, cuenta Volpi. Morgan manejaba tres diarios. “En uno anotaba lo que Jung le decía, y en breves entradas, las cosas que ella le

R pañado del narrador chileno Arturo Fontaine. Viene desde Colombia, en una gira que partió en España y que seguirá, luego de Santiago, en Argentina y Uruguay. Volpi no para. Además, prepara una nueva novela y acaba de entregar un guión para el cine.

Contra Vargas Llosa

Planeta, 275 págs. $ 10.900 contaba. En otro cuaderno apuntaba sus sueños. Y en el tercero están las visiones”, cuenta su autor, quien transcribe en La tejedora de sombras algunos fragmentos de sus cuadernos y reproduce imágenes de los dibujos que ella hacía a partir de las sesiones con Jung. Hoy se proyectará­n algunas de estas ilustracio­nes. En la gira por el premio, las preguntas que más se repiten, cuenta Volpi, se centran en la figura de Carl Jung (1875-1961). “Me gusta que en la novela pueda verse a Jung en activo, tal y como era como analista. Todas sus respuestas en el libro están sacadas de los diarios de TEVE Turre debe ser uno de los trombonist­as más requeridos –y trabajólic­osdel circuito. Su agenda, más desbordada que nutrida, incluye grabacione­s, sesiones, conciertos, apoyos como líder y arreglador, aparicione­s como sideman y una participac­ión como músico residente, desde 1984, en la banda del programa de televisión Saturday Night Live. En su currículo anota colaboraci­ones con Dizzy Gillespie, Mccoy Tyner, Dexter Gordon y Art Blakey, además de Ray Charles y Santana. Nada de mal para un artista que, además, se da el tiempo y la maña de experiment­ar con caracolas y conchas

RR Christiana. Creo que esta novela es un pequeño atisbo de la historia privada del sicoanális­is”, afirma. Pero la influencia de Jung en Christiana Morgan fue más allá. ¿Morgan fue el “conejillo de indias” de Jung? Volpi dice que, en alguna medida, sí. “Para Jung era fascinante explorar la ‘imaginació­n activa’ con ella, hacerla entrar en trance y analizar sus dibujos, pero en el fondo sus prejuicios machistas frenaron toda su creativida­d, obligándol­a a concentrar­se sólo en ‘inspirar’ a Murray”. El autor de la Trilogía del siglo XX ya prepara otra historia larga, “de corte histó- marinas, utilizándo­las como la quintaesen­cia del instrument­o de viento. Turre trabajó cerca de ocho años con el legendario trompetist­a Woody Shaw, con quien alcanzó a grabar 14 discos y absorber buena parte de su ética de trabajo. Como vuelta de mano, Turre le dedicó este álbum que, partiendo como un tributo a Shaw, se desgrana en homenajes paralelos. Woody’s delight nos sigue recordando que el jazz, como pocas disciplina­s, está plagada de trincheras, caídos en combate y héroes anónimos. Este es un disco de amigos, que basa su calidad en la rotación de personal y en la cantidad de manos, pulmones y dedos que pulieron el trabajo rico”, dice, y un volumen de ensayos. No escribirá más cuentos. “Es un género en el que no me siento cómodo. Es una distancia que no me gusta, no tengo capacidad de síntesis”, asegura, y agrega que por ahora sólo está de di c a do a la l i t e r a t ur a . También acaba de entregar un guión a la productora Canana Films, de los actores Diego Luna y Gael García Bernal. “Es una historia sobre el tráfico de personas de México a Estados Unidos”, cuenta sobre una película que se podría ver el 2013. De sus lecturas comenta que casi siempre vuelve a los autores del Boom latinoamer­icano. Espera leer La civiliza- final. De partida, Turre no buscó un sucedáneo de Woody Shaw, sino que lo evocó en cinco trompetist­as que entran y salen en los nueve cortes del álbum. Entre el talentoso Freddie Hendrix y el veterano Chocolate Armenteros hay 60 años de diferencia, pero fraseos igual de geniales. El tema principal tributa la especialid­ad de la casa: el blues en sol menor que Shaw patentó. Después, el disco despliega homenajes y memorias en clave de canción: Something for sweets (por Harry Sweets Edison, de Count Basie), Adiós mi amigo (en recuerdo de Hilton Ruiz, pianista asesinado en Nueva Orleans), Manny’s mambo (por Manny Oquen- ción del espectácul­o, del escritor peruano Mario Vargas Llosa, que saldrá este mes. “Tengo la sospecha de que no voy a estar de acuerdo en muchas cosas”, dice del libro, que trata sobre la frivolizac­ión de la sociedad y la cultura. Volpi algo de experienci­a tiene en el tema, después de dirigir el Canal 22 de cultura en México. Pero también está molesto con Vargas Llosa. El premio Nobel dio su respaldo para la Presidenci­a de México a la candidata del PAN Josefina Vázquez. “Admito su temple liberal, pero en esa intención de serlo se equivoca, porque apoya a gente de la derecha pura y dura”. do, percusioni­sta y líder de Conjunto Libre) y Brother Bob (un chofer de limosina neoyorquin­o muy ligado a los jazzistas). El espectro de Shaw vuelve a emerger en 3 for Woody, recordando quién es el verdadero inspirador de este gran colectivo que lidera, con clase, el incombusti­ble Steve Turre. Steve Turre. Highnote R. $ 15.300

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FOTO: CARLOS QUEZADA
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