Soldado rehén de las Farc por 13 años no supo quién era su hijo
Robinson Salcedo es uno de los 10 cautivos liberados el lunes por la guerrilla colombiana. Su hijo, Yonathan, tenía cinco años cuando el sargento fue secuestrado y llevado a la selva.
R Yonathan Salcedo tenía cinco años cuando su padre, el sargento del Ejército Robinson Salcedo Guarín (42) fue secuestrado por la guerrilla de las Farc, en agosto de 1998. La tarde del lunes, con 18 años, Yonathan pudo ver a su padre recién liberado junto a otros nueve cautivos.
R Sin embargo, “mi papá no me reconoció. Le dije ‘yo soy su hijo”, declaró el joven al diario colombiano El Tiempo, al narrar el breve reencuentro con su padre en el que estaban presentes otros miembros de la familia, ya que después fue llevado a recintos militares para hacerle chequeos y revisiones. “Fue un momento muy cor- to. Lo vi bien”, afirmó. El sargento le llevaba un regalo a su hijo: un par de loros que llevó consigo desde la selva. “Estos pericos son para usted”, le dijo.
“A mí me tocó crecer solo, jugar solo, defenderme, pero afortunadamente he tenido el respaldo de la familia y de Dios, que siempre están conmigo”, contó Yonathan, quien si bien tenía recuerdos de su padre, fue al crecer que comprendió lo que había pasado con su padre. Tenía siete años cuando le dijeron que él no estaba trabajando lejos. Ahora tendrán “mucho para hablar. Quiero que me cuente cómo fueron estos 13 años de secuestro, qué comía en la selva”.
Pero no sólo de eso podrán conversar, ya que el sargento Salcedo logró sobrevivir, cuando era muy joven, a la avalancha de lodo y piedra que sepultó el pueblo de Armero, a consecuencia de la erupción del Nevado del Ruiz en noviembre de 1985. Junto a uno de sus hermanos quedó atrapado tres días en el barro, hasta que se zafó y poco después logró reencontrarse con su madre adoptiva, Trinidad Orjuela, quien lo crío desde los tres meses de vida.
Nacido el 29 de noviembre de 1969 en el departamento de Tolima (centro-oeste), Robinson Salcedo fue secuestrado en la toma al municipio de Miraflores, en jurisdicción de Guaviare (sur). Ahí las Farc atacaron una base antinarcóticos. El asalto acabó con la vida de 40 policías y militares, y 22 uniformados fueron tomados como rehenes. Durante su cautiverio se ganó el apodo de “El Mechudo” porque prometió no cortarse el pelo hasta recuperar la libertad.
En 2003, Salcedo enrostró directamente a Mono Jojoy, c o mand a n t e d e l B l o q u e Oriental de las Farc. Durante la grabación de un video en 2003, donde se mostraba que estaban con vida cinco políticos y 27 militares, Salcedo comenzó a gritarle al comandante guerrillero: “Si he cometido un delito, júzgueme y yo miraré si la condena la puedo cumplir o tomaré mis medidas, porque usted nos está sentenciando a vivir aquí en la selva”, tras lo cual exigió que le cuenten los años que llevaba en cau-