Deportes
Vengan a ver...
N joven estadounidense, en la década de 1930, era muy aficionado a los circos. Tanto, que su sueño era ser trapecista. Sin embargo, sus capacidades iban mucho más allá y le permitieron desarrollarse como gimnasta, actividad que ya en esos años tenía carácter competitivo. George Nissen, no obstante, no se conformó con eso y, gracias a su agudeza visual e inventiva, optó por aprovechar sus años de fanático de lo circense y creó el trampolín, recogiendo las acroabacias que los trapecistas hacían al caer sobre las redes de seguridad. Su idea fue tan bien recibida, que pronto se transformó en uno de los aparatos preferidos por los niños y, paso a paso, adquirió el nivel de disciplina de elite, hasta que en Sydney 2000 adquirió categoría olímpica, ya lejos de los payasos, los magos y los malabaristas. De eso, Nissen pudo disfrutar, pues murió en 2010, a los 96 años de una vida sana y dedicada totalmente al deporte.