T. del Paine: aconsejan que empresarios turísticos se involucren en reforestación
Así lo recomienda informe de expertos. Concesionarios dicen que colaborarán, pero esperan más resguardo en el parque. Investigación encargada por el Ministerio del Medio Ambiente a científicos chilenos, revela en detalle las zonas más afectadas.
R “Lo que nosotros podamos cobrarle a alguien por causar el fuego, nunca va a ser equiparable con el costo que tiene reparar un ecosistema. Hay algunas pérdidas que no tienen costo monetario”. Así de categórico es Juan Armesto, profesor del departamento de ecología de la Universidad Católica e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), sobre los resultados del incendio del día 27 de diciembre de 2011 en las Torres del Paine. El siniestro arrasó con más de 17.000 hectáreas de lenga, ñirres, calafates y llaretas, entre otras especies, y afectó la biodiversidad y los ecosistemas de la zona.
En marzo pasado, y durante 10 días, Armesto junto a un equipo de expertos
R de la U. de Magallanes, U. de Concepción, U. de Chile y la Fundación Cequa, realizaron un muestreo en terreno encargado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) para realizar un diagnóstico de este último incendio. La indagación es la primera de este tipo que se hace en Chile, luego de un siniestro en un área protegida. El fin de dicha investigación sentará las bases del plan de trabajo para recuperar la zona.
Según Leonel Sierralta, jefe de Biodiversidad y Recursos Naturales del MMA, “la importancia es que por primera vez se hace una investigación, objetiva, científica y técnica, luego de un incendio en un parque nacional. Esto corresponde al Ministerio del Medio Ambiente en materia de supervigilancia. Es proponer un diag- nóstico y un plan de trabajo para la restauración”.
Según informaciones del MMA, se recibió un fondo especial de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), que bordeó los $ 35 millones para generar esta investigación. Sin embargo, los gastos serán mucho más elevados. Según cálculos de Armesto, si se quisiera plantar un millón de lengas “que no es descabellado, por la actual situación”, ello costaría cerca de $ 500 millones.
Por suerte, este equipo y el norteamericano de Baer (Burned Area Emergency Response) -que había visitado la zona a fines de febreroconcordaron en que una de las primeras alternativas de reforestación era la recuperación natural de la zona. Y claro, ya se comienzan a ver los primeros brotes.
Las medidas
Otra de las recomendaciones que hace el estudio de los chilenos es que en la restauración ecológica se hace necesario involucrar a las empresas de turismo concesionadas e n e l i nt e r i o r d e l parque, y las que ocupan áreas aledañas, debido a que reciben beneficios indirectos de los ecosistemas locales.
Armesto lo explica así: “El beneficio que sacan los concesionarios, también debería ser devuelto al Parque, porque mientras más visitas, es mejor el negocio para ellos”.
Sobre este punto, los encargados de hoteles, hostales y refugios opinan.
Luisa Pérez, administradora de la hostería Lago Tyndall, dice: “Me parece que deberíamos involucrarnos, pero debería haber una seguridad del Parque hacia nosotros. Después del incendio, se habló de más seguridad y de más personal para Conaf. Efectivamente, nosotros lucramos gracias al Parque, pero para nosotros también es muy grande la pérdida cuando ocurren estos incendios”.
Asimismo, Daniela Cerón, administradora del hotel Lago Grey, ubicado en la zona más afectada del Parque (ver infografía) asegura: “Fuimos los más afectados y estamos dispuestos a cooperar. En la reforestación nosotros vamos a colaborar con el traslado de 330 lengas para llevarlas a uno de los sectores que se vieron afectados”.