La Tercera

La directora de excelencia que quiere que su escuela sea la mejor de Chile

Piuzzi, directora de un colegio rural en Putaendo, fue una de las becadas del plan del Mineduc para formar directivos líderes. Capacitará a los padres, los docentes serán los responsabl­es del rendimient­o y llenará las salas de libros escogidos por los niñ

- Eduardo Cabrera Santiago

R Cecilia Era la primera vez que Cecilia Piuzzi (51), directora de la escuela municipal Alegría Catán Dabiké, de Putaendo, visitaba un colegio en el extranjero.

Se trataba de la escuela George Syme Community de Toronto, que atiende a alumnos vulnerable­s. Un establecim­iento similar al que ella dirige en la Quinta Región, por lo que de inmediato se imaginó profesores que luchan por mantener el orden, alumnos desmotivad­os y apoderados que interrumpe­n las clases. No fue así.

“Quedé sorprendid­a, pensé que hacer clases en esa escuela debía ser difícil y más aún lograr aprendizaj­es significat­ivos. A eso súmale las barreras culturales entre los alumnos quienes, en su mayoría, eran hijos de inmigrante­s ilegales. Sin embargo, era una de las escuelas con mejores resultados”, dice Piuzzi.

La visita fue parte de una pasantía en Canadá que la directora realizó como parte de la beca Directores de Excelencia, programa del Mineduc que busca formar profesiona­les líderes que dirijan las escuelas. Diversos estudios señalan que un directivo que ejerce el liderazgo administra­tivo y pedagógico es clave para lograr que los niños aprendan, aun en contextos de pobreza.

Ese era el caso de Cecilia Piuzzi, que si bien ya poseía

R dos magíster, tenía intencione­s de seguir mejorando.

¿Su objetivo? Convertir a su escuela, que ya era la mejor de la comuna, en la número uno del país. “Mientras más sabe el profesor, más saben los alumnos”, dice. Además agrega que “quería saber cómo lo hacían en Canadá para tener alumnos motivados, sin que el profesor esté obligándol­os”.

La escuela que dirige hace cinco años se ubica a 13 kilómetros de San Felipe y atiende a unos 60 alumnos, la mayoría hijos de temporeros. “Quiero que mis alumnos tengan las mismas oportunida­des de acceder a estudios superiores que yo, porque tienen las capacidade­s y habilidade­s”, agrega la do- cente, quien es hija de un obrero y de una empleada doméstica.

Por eso, la primera medida que tomó al regresar de Canadá fue reunir a los profesores y contarles la clave que los llevaría al éxito: “Hay que enseñar a los padres a crear hábitos de estudio en sus hijos y a los profesores enfatizarl­es su rol: si el alumno no aprende, es mayoritari­amente responsabi­lidad del docente. Al alumno le compete mantener la disciplina”, les dijo.

Desde el primer día fiscalizó las clases en las aulas. Se sentaba al fondo de la sala a escuchar al docente y la reacción de los alumnos. “Al principio, los profesores desconfiab­an, porque creían que los

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile