Su principal resultado es consolidar la irrelevancia de los macroeconomistas en el debate.
precedente real. La retirada de Groenlandia de la UE en 1985 es lo que más se acerca, aunque tenía una base jurídica distinta.
Sin embargo, esta opción desafía la suposición subyacente de la pregunta del premio Wolfson, que hay una manera para el manejo del proceso económico.
Dejar la UE es un acto unilateral. Los países que se van pierden acceso a financiamiento de la Política Agrícola Común y los fondos estructurales. Puede ser posible llegar a acuerdos amistosos de transición, o que los miembros salientes se unieran al Espacio Económico Europeo, que le da a los no miembros acceso al mercado único.
Pero todo esto necesita tiempo para negociar. Y si el objetivo es introducir a una moneda nacional, tendría que hacerse en pocos días para evitar la fuga de capitales. La única manera de lograr esto sería un simple “quiero salirme”. En ese caso, el país re denominaría todos los contratos domésticos y probablemente no tendría más opción que caer en default en todos los contratos en el extranjero.
¿Qué pasaría si todos en el Consejo Europeo decidieran romper la ley y permitir una salida de la eurozona sin dejar la UE? Si todos rompieran la ley, no quedaría nadie a quién demandar. Todos sabemos que la ley europea es flexible. ¿Se acuerdan de la cláusula de no rescate?
Si el país saliente permanece en la UE, quedaría sujeto a la ley de la UE. Si abandonara al euro en todos los contratos domésticos, pero se mantuviera en los contratos extranjeros, la consecuencia sería una avalancha de juicios bien fundados.
Puedo imaginar una situación en que la eurozona rompiera una pesadilla geopolítica y económica; que la eurozona se mantuviese unida, pero en un estado semipermanente de decepción, o una pequeña unión fiscal. Pero no puedo imaginar que una salida puede ser negociada efectiva y voluntariamente. El recientemente aprobado pacto fiscal es un ejemplo de una decisión política sin consideración de las consecuencias a largo plazo. El principal resultado del premio Wolfson es consolidar la irrelevancia de los macroeconomistas en el debate.