Impuesto a millonarios puede no ser la panacea para los políticos
Barack Obama está promocionando esta semana la “regla Buffett”, un impuesto mínimo para los millonarios. En Francia, François Hollande, el candidato presidencial socialista, propuso una tasa de 75% para los ricos. En Gran Bretaña, George Osborne, quien acaba de develar nuevas restricciones a las desgravaciones fiscales, ha expresado su preo- cupación por la escala tributaria de algunas de las personas más ricas del país. Quienes proponen más i mpue s t o s progresivos -mientras más alto es el ing r e s o , mayor e s la tasa– creen que este es un punto de inflexión. Después de 25 años en que las tasas han caído para los más ricos, un número creciente de países busca subirlas. En un debate político dominado por la austeridad, la ampliación de las brechas de ingresos y la situación de la clase media, los políticos están bajo presión para asegurar que los ricos paguen sus cuotas.
Por el momento, la importancia de los cambios es en gran parte simbólica. Una evaluación de la CE reveló que mientras los aumentos en las tasas máximas representan “una importante señal política”, sus efectos de recaudación son limitados.
La investigación empírica sugiere que el aumento de impuestos sobre la renta es malo para el crecimiento. Además, los altos patrimonios son contribuyentes desproporcionadamente importantes para los ingresos fiscales. En EEUU, por ejemplo, 1% de los contribuyentes pagó 40% de sus ingresos en impuestos a la renta en 2007, frente a 28% de 1988.
En Gran Bretaña -uno de los primeros países en elevar los impuestos a los ricos, una investigación de las autoridades fiscales mostró que la tasa impositiva máxima de 50% que entró en vigor en 2010 se tradujo en una recaudación mucho menor a lo esperado, algo menos de 1.000 millones de libras.
Un análisis dirigido por Thomas Piketty, de la Escuela de Economía de París, a partir de datos de 18 países de la Ocde, concluyó que “socialmente, las tasas máximas de impuestos óptimas son mucho más altas de lo que se asume”, lo que aumenta el clamor de algunos políticos para subir los gravámenes a los ricos.
RR