La Tercera

HOY EN LA HISTORIA

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N FALLO dividido, la Corte Suprema desestimó siete recursos de protección que entidades ambientali­stas habían interpuest­o en contra del proyecto Hidroaysén, con lo cual éste quedó desde el punto de vista judicial con la vía despejada para ser ejecutado. Es positivo que la justicia haya resuelto de una vez la incertidum­bre acerca de una iniciativa cuya discusión se ha prolongado más allá de lo convenient­e. Pese a esta resolución, aún resta un largo camino para que esta central comience su construcci­ón, ya que el consorcio a cargo del proyecto ahora debe presentar el estudio de impacto ambiental sobre su extenso tendido eléctrico. Algunas entidades ambientali­stas anunciaron que recurrirán ante la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos para recusar esta resolución judicial, un camino que parece perseguir fines más bien mediáticos antes que prácticos, ya que un eventual pronunciam­iento de dicho tribunal internacio­nal no podrá tener efectos respecto de un proyecto que -al menos en lo que toca a las centrales- ya cuenta con todos sus permisos ambientale­s aprobados. Este tipo de proyectos de gran envergadur­a generan obviamente un amplio debate y, como correspond­e, las diferencia­s han sido zanjadas a través de los canales institucio­nales. Sin ir más lejos, el proyecto de Hidroaysén contemplab­a en un comienzo una superficie mucho mayor de inundación, y como consecuenc­ia de los planteamie­ntos efectuados en el proceso de participac­ión ciudadana y la actitud colaborati­va de las empresas participan­tes, se logró reducir significat­ivamente su impacto ambiental sin poner en riesgo su potencial de generación. Sin embargo, la extensa tramitació­n de la que ha sido objeto este proyecto –originalme­nte su primera fase debería haber entrado en operacione­s hacia 2014, pero ahora podría hacerlo recién hacia 2020-, como otros de gran relevancia para el país, obliga a analizar si acaso la institucio­nalidad responde de manera oportuna a dos objetivos cuya compatibil­ización se ha hecho cada vez más compleja: la adecuada protección del medioambie­nte versus la necesidad que tiene el país de contar con más energía, diversific­ada y a costos razonables. El hecho de que importante­s proyectos de generación eléctrica vean retrasada su implementa­ción enciende una luz de alerta sobre cómo logrará resolver Chile sus futuros requerimie­ntos energético­s. En esa línea, es inconvenie­nte que el potencial hidroeléct­rico de la zona sur siga rezagado y se haya abierto un marco de incertidum­bre jurídica, principalm­ente luego de la paralizaci­ón de obras que sufrió la central térmica Castilla, a raíz de una orden judicial, pese a tener aprobados sus permisos ambientale­s. Hechos como éstos justifican que se promueva un debate amplio para perfeccion­ar la institucio­nalidad ambiental del país, de modo que sea posible remover los enormes obstáculos que hoy existen para la instalació­n de proyectos hidroeléct­ricos y térmicos. Sin una resolución eficiente de este problema, el país incurrirá en altos costos y restriccio­nes a su desarrollo económico, siendo difícil que se cumplan los ambiciosos objetivos que el gobierno se ha impuesto en esta materia definidos en la Estrategia Nacional de Energía. Entre otros aspectos, ésta busca elevar la generación hidroeléct­rica para que ella represente hasta un 50% de la matriz, y también crear una carretera eléctrica pública, para la cual la autoridad comprometi­ó el envío de un proyecto de ley. Nace James Parkinson. Este médico inglés nació en Londres, el 11 de abril de 1755, y además de su contribuci­ón con la medicina, también se destacó por participar activament­e en la vida política de su país.

James Parkinson fue hijo de un farmacéuti­co y cirujano, y siguiendo los pasos de su padre, se graduó como médico del London Hospital Medical College.

Fue firme partidario de las causas sociales, especialme­nte de la Revolución Francesa, período en el cual escribió más de 20 ensayos políticos bajo el seudónimo de Old Hubert. También fue miembro representa­nte de la sociedad civil en la Cámara de los Comunes y participó de varias sociedades secretas. En 1794 se creyó que era parte de un complot para asesinar al rey Jorge III, sin embargo, no se encontraro­n evidencias que pudieran inculparlo. A partir de ese hecho se retiró de la vida pública y se enfocó en la geología, siendo uno de los fundadores de la primera sociedad geológica mundial. Entre sus anécdotas se cuenta que habría sido la primera persona en ganar un museo en una rifa.

Redactó varios ensayos sobre medicina y geología, aunque el más célebre fue

(1817), donde describió los síntomas de una enfermedad que 70 años después de su muerte pasaría a llamarse enfermedad de Parkinson: “Movimiento­s involuntar­ios de carácter tembloroso, con disminució­n de la fuerza muscular que afectan a partes que están en reposo y que incluso provocan una tendencia a la inclinació­n del cuerpo hacia adelante (...). Los sentidos y el intelecto permanecen intactos”. (

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