UN THRILLER POLITICO
l escándalo que salpica a Bo Xilai, uno de los políticos más carismáticos de China y que ha caído en desgracia, está sumiendo a la dirección del Partido Comunista en una de sus peores crisis en más de dos décadas. Las “apremiantes sospechas de asesinato” contra su famosa esposa, Gu Kailai, que había sido descrita como la “Jackie Kennedy de China”, abren ahora un nuevo y más sombrío capítulo en el thriller político que desde hace dos meses mantiene en suspenso al gigante asiático.
“Ahora esperamos el segundo relevo”, dijo el conocido bloguero chino Michael Anti. “No creo que la gente de Hollywood sea capaz de imaginar una serie tan dramática”, añadió.
Desde la lucha por el poder previa a la sangrienta represión del Movimiento Democrático en 1989, la cúpula comunista no había afrontado dificultades de esta magnitud, afirman los propios analistas chinos. Los preparativos que tan cuidadosamente se están llevando a cabo para que dentro de unos meses tenga lugar el relevo generacional en la cúpula del partido (que se realiza como es costumbre cada 10 años), se han visto fuertemente trastrocados.
Se trata, sobre todo, de un golpe severo para la “nueva izquierda” dentro del Partido Comunista. Bo Xilai se había convertido en una de las piezas más destacadas de las fuerzas conservadoras con sus campañas “rojas” y su política social en Chongqing, un municipio de 30 millones de habitantes. Bo podría haber ampliado su influencia y sobre todo detener el rumbo reformista en la política de mercado. Y una muestra de lo en serio que está toman- do la ejecutiva del partido los apoyos de izquierda al político populista caído en desgracia la ofrece el órgano del partido, el Diario Popular, así como los medios de comunicación estatales.
En un llamado se pide unidad y apoyo para la “correcta decisión” del comité central de apartarlo del poderoso buró político. Con todas estas revelaciones, el partido emprende la huida hacia adelante con el objetivo de hacer que se olvide el caso cuanto antes. Hay prisa.