La Tercera

Nueva ley: 25% de alimentos tendría rótulo de “alto en” sal, azúcar o grasa

- G.S./T.M. Magdalena Araya, directora del Inta.

El miércoles, el Senado aprobó la ley que regula la venta y etiquetado de alimentos envasados. Entre sus principale­s puntos está el que obligaría a detallar el contenido nutriciona­l y aditivos de este tipo de productos.

Sobre ello, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, informó que un estudio encargado por el Minsal al Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) “reveló que aproximada­mente el 25% de los alimentos que hoy se comerciali­zan en Chile resultaría etiquetado como alto en alguna de las categorías: calorías, sal, grasas saturadas y azúcares agregados (nu- trientes críticos). Y agregó: “Aquí estamos señalando ‘alto en’ de acuerdo a una porción”, es decir, no sería la misma cantidad de ingredient­es para todos los productos por igual. “Hay una estructura compleja respecto a cuánto contenido de sal puede tener el pan, por ejemplo. Nosotros vamos a definir que el pan, que es la fuente fundamenta­l de consumo de sal en nuestro país (...), no puede contener más de 1,5 gramo por 100 gramos de pan”, dijo Mañalich.

Tendencias de consumo

Por su parte, la directora del Inta, Magdalena Araya, aseveró que el estudio se basó en 400 alimentos que estaban en el mercado.

Explicó que “para determinar una decisión (de qué cantidad de nutrientes debe tener) que tenga éxito en la población no se puede determinar que se va a suprimir la sal de un alimento en particular, porque nadie se lo va a comer”. Araya agregó que “hay que tomar una serie de variables que juegan en la realidad, como, por ejemplo, las tendencias de consumo, la idiosincra­sia, los hábitos de las personas, de la sociedad chilena (...). Por eso, no fijamos el límite y lo dejamos abierto al análisis que pudiera hacer el ministerio”.

Desde la esquina de los productore­s, Marisol Figueroa, gerenta de la Asociación de Empresas de Alimentos de Chile (Chilealime­ntos), afirma que “esperamos que con la aprobación de este proyecto se contribuya de manera real a resolver el problema de la obesidad en nuestro país”.

Figueroa añadió que, “sin embargo, consideran­do que la obesidad es un problema multifacto­rial, es importante que se apunte al resto de las causas, como educación nutriciona­l y sedentaris­mo. De lo contrario, esta iniciativa no alcanzará los objetivos esperados”. Sobre las medidas que tomarán las empresas luego de publicada la ley, Figueroa dijo: “La industria de alimentos siempre estará disponible a contribuir con la solución”.

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