Cohete norcoreano cae al mar a un minuto de su lanzamiento
La agencia oficial KCNA confirmó el “fracaso” de la puesta en órbita de un “satélite de observación”. La situación fue calificada como “una provocación” por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
R Corea del Norte hizo realidad su amenaza a Occidente y sus vecinos, pero sufrió un bochornoso revés, al fracasar la puesta en órbita de un satélite con el que, según anunció, pretendía conmemorar el centenario del nacimiento del fundador del país, Kim Il Sung.
Así lo confirmó la agencia oficial KCNA, explicando que Norcorea “lanzó su satélite Kwangmyongsong-3 a las 7.38 de hoy (hora local, 19.38 del jueves en Chile). El satélite de observación terrestre no pudo entrar en órbita” y agregando que los “científicos, técnicos y expertos están estudiando las razones de este fracaso”.
Según un informe del Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (Norad), al que tuvo acceso la agencia Efe, el régimen comunista lanzó un misil Taepodong-2, cuya primera fase se precipitó al mar y el resto se desintegró.
“Las primeras indicaciones son que la primera fase del misil cayó en el mar, a unos 165 kilómetros al oeste de Seúl (Corea del Sur). Las fases restantes evaluamos que han fallado y ningún resto ha caído en tierra. En ningún momento el misil o los restos del mismo fueron una amenaza”, indica el informe del Norad.
La decisión del régimen
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RR de Kim Jong Un de lanzar el cohete, pese a la petición internacional de no hacerlo, generó una condena inmediata y generalizada.
Partiendo por la Casa Blanca, que criticó el lanzamiento del “misil” norco- reano y afirmó que pese a su “fracaso”, se trata de una “provocación que amenaza la seguridad regional y viola la ley internacional”.
El portavoz de la presidencia estadounidense, Jay Carney, agregó que “Corea del Norte no hace más que aumentar su aislamiento lanzando actos de provocación y gasta su dinero en armas y propaganda mientras los norcoreanos tienen cada vez más hambre”.
El gobierno surcoreano, a través de un comunicado, también criticó la “provocación” de sus vecinos que, a su juicio, viola las resoluciones de la ONU.
La misma posición tomó el portavoz del gobierno japonés, Osamu Fujimura,