La Tercera

Secuestro senderista obliga a Humala a cortar agenda en cumbre

Una capitana fue abatida durante un operativo para rescatar a al menos 36 rehenes de la guerrilla. El gobierno envió 1.500 efectivos a la zona y le ha dado máxima prioridad al caso.

- Alejandro Tapia C. Ollanta Humala, Presidente de Perú.

R Con el rescate de los nueve mineros atrapados en un precario yacimiento en la región de Ica, Ollanta Humala vivió esta semana un momento de gloria, que el gobierno ha intentado aprovechar para dar una señal de eficiencia y liderazgo. Sin embargo, el secuestro de al menos 36 trabajador­es por parte de Sendero Luminoso, perpetrado el lunes, mantiene en vilo a los peruanos y complica cada vez más a la administra­ción humalista, especialme­nte después de que la guerrilla abatiera a una capitana de la policía.

La copiloto Nancy Flores, cuyo nombre de combate era “Azumi” -por un personaje de una historieta japonesa que encarna a una guerrera que no le teme al enemigo-, fue asesinada por un francotira­dor mientras el helicópter­o en el que viajaba se disponía a recoger a una patrulla en el marco del operativo para rescatar a los trabajador­es secuestrad­os.

De los trabajador­es, todos peruanos, 28 pertenecen a la empresa sueca Skanska y ocho a la empresa Construcci­ones Modulares, que brin-

R dan servicios al consorcio internacio­nal que explota los yacimiento­s gasíferos de Camisea, los más importante­s de Perú. El secuestro ocurrió en Kepiashato, una zona selvática en la región de Cusco. Ese lugar forma parte del extenso Valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae), la mayor cuenca cocalera del país donde operan grupos de narcos y remanentes de Sendero Luminoso, guerrilla que fue derrotada en los 90.

La muerte de Flores ha generado un alto impacto en Perú. Tanto así, que el propio Ollanta Humala recibió ayer con honores el féretro con el cadáver de la capitana y, además, decidió recortar a 24 horas su participac­ión en la Cumbre de las Américas, en Cartagena de Indias, para concentrar­se en el secuestro.

La uniformada fallecida había participad­o en numerosos operativos antidrogas, incluida la detención del “camarada Artemio”, uno de los líderes de Sendero. “Ella les pedía a sus jefes que la enviaran a las operacione­s más difíciles”, contó uno de sus compañeros, citado por el diario limeño La República.

Sin embargo, su hermana abrió la polémica al señalar que ella “era piloto y no era ninguna principian­te. Era una persona capacitada y trabajaba para la DEA en la erradicaci­ón del narcotráfi­co. Pero no tenía por qué haber estado apoyando en la búsqueda de los rehenes. Eso ha sido algo improvisad­o”.

El gobierno de Humala envió 1.500 efectivos a la zona para rescatar a los secuestrad­os, por los que Sendero exige US$ 10 millones. “En muy corto tiempo esperamos resolver el problema, buscando que el costo sea cero, de manera de recuperarl­os sanos y salvos”, dijo Humala. El gobierno ha dicho que se encuentra ejecutando un plan “silencioso y articulado” y que la prioridad es “liberarlos con vida”.

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