Carrera electoral en Estados Unidos
A RENUNCIA del ex senador Rick Santorum a la carrera por la nominación republicana para las elecciones presidenciales en Estados Unidos despejó la vía para Mitt Romney, quien ahora ostenta una inalcanzable delantera en las primarias. Aunque el ex gobernador de Massachusetts deberá esperar para ser designado oficialmente candidato de su partido hasta la convención republicana que se celebrará a fines de agosto en Tampa (Florida), en los hechos ya no existe un rival capaz de desafiarlo, por lo que debe ser considerado el contendor del Mandatario Barack Obama en los comicios programados para el 6 de noviembre.
La campaña electoral ingresa así a una nueva etapa, en la que la estrategia de Romney apuntará ahora a buscar la consolidación de los apoyos internos del Partido Republicano a través de enfocar sus esfuerzos en la derrota de Obama, a la vez que éste, encontrándose ya definido su adversario, concen- trará su discurso en la defensa de su gestión y en la exposición de lo que estima las debilidades de Romney. Hasta hoy, las encuestas muestran una clara ventaja del incumbente por sobre el desafiante.
Obama y Romney comparten un problema: ambos enfrentan críticas desde las alas de sus partidos. Mientras el sector más izquierdista de los demócratas considera que Obama no ha cumplido con las expectativas de cambio que le hicieron ganar en 2008, el ala derecha de los republicanos desconfía de Romney, cuya trayectoria oscilante en temas como el aborto o el activismo estatal provoca resquemores. Así, el desafío para ambos es atraer a esos grupos insatisfechos sin alienar a los votantes del centro.
El tema clave de la elección será la recuperación de la economía. Pese a algunas cifras alentadoras, informes recientes sobre la creación de empleo han vuelto a sembrar dudas sobre la reactivación, lo que podría llegar a ser un problema para Obama.