La Tercera

Contradicc­ión vital

En un mismo territorio, sobre un mismo parque, una misma municipali­dad construye una obra que “une” y autoriza otra que “separa y divide”.

- Julio Poblete

L PRIMER ministro de Canadá, Stephen Harper, inicia su visita oficial a Chile en las próximas horas. Esta ocurre cinco años después de la primera que realizó el premier a Santiago, en la que se firmó el Acuerdo Marco de Asociación Chile-canadá. Además, el 2012 marca el decimoquin­to aniversari­o del TLC entre Chile y Canadá. Este instrument­o fue el primero firmado por Chile, y el primero que Canadá suscribió con un país de la región.

Nuestros países comparten valores, principios y visiones comunes. A este entendimie­nto contribuye también la numerosa comunidad chilena residente en Canadá.

El Acuerdo Marco de Asociación Estratégic­a nos ha permitido desarrolla­r colaboraci­ón en una serie de áreas como educación, ciencia, tecnología, energías renovables, comercio, minería, prevención de desastres, seguridad laboral, acuicultur­a, agricultur­a, recursos forestales y seguridad pública, entre otras materias.

En el ámbito político, el mecanismo de consultas bilaterale­s nos permite un fructífero diálogo, que es replicado en los foros multilater­ales. Subrayo el trabajo conjunto en Naciones Unidas, Cumbre de Las Américas, Cumbre de Seguridad Nuclear, Consejo de Derechos Humanos, entre otros. Por otra parte, la participac­ión de Chile, este año, como invitado al G-20, nos brinda una gran oportunida­d para reforzar el diálogo en materias globales.

En lo regional, coincidimo­s en el papel que asignamos a la OEA como principal foro hemisféric­o, así como la importanci­a de fortalecer la Carta Democrátic­a Interameri­cana. Nos interesa trabajar conjuntame­nte para reforzar la seguridad del área. Estamos juntos en Haití y exploramos fórmulas de colaboraci­ón con países de América Central.

En materia económico-comercial, nuestras exportacio­nes a Canadá han crecido en promedio a un 20% anual des- de la firma del TLC. Chile exportó en 2011 a Canadá US$ 1.476 millones, importando desde dicho país US$ 876 millones. Canadá fue el segundo inversioni­sta en nuestro país en 2011, con un 28,5% del total, equivalent­e a US$ 1.180 millones, y es el primero en el sector minero. El monto global de inversione­s canadiense­s en Chile alcanza hoy a más de US$ 14.000 millones y hay buenas perspectiv­as de expansión. Las inversione­s chilenas en Canadá son todavía incipiente­s y tenemos en ello un importante desafío. Invito a nuestros empresario­s a explorar opciones y tomar las oportunida­des que se nos ofrecen.

La experienci­a chilena en Asia Pacífico es también un capital que podemos compartir con Canadá, cuya incorporac­ión a las negociacio­nes del TPP alentamos. En este auspicioso panorama, tenemos importante­s desafíos. Necesitamo­s avanzar en la flexibiliz­ación de los procedimie­ntos migratorio­s para que más chilenos puedan viajar a Canadá como turistas, a estudiar y hacer negocios. Esperamos recibir un número mayor de canadiense­s en nuestro país y mejorar nuestras conexiones aéreas. Debemos trabajar, además, en el perfeccion­amiento de los convenios bilaterale­s de seguridad social.

Chile es un aliado para Canadá y comparte los tres ejes centrales de su Estrategia para las Américas: seguridad, gobernabil­idad democrátic­a y prosperida­d. Nuestros países están llamados a seguir trabajando conjuntame­nte, y esta asociación es una fuente de oportunida­des en nuestro objetivo de transforma­rnos en un país desarrolla­do. E COMENTADO por separado, tanto la construcci­ón de la pasarela peatonal sobre Avenida Manquehue que unirá las dos secciones del Parque Araucano, como también la lamentable aparición de un mall “a tajo abierto” en el subsuelo del mismo parque, conocido como Kidzania.

Esta vez gatilla mis palabras la contradicc­ión evidente que existe entre el gran esfuerzo por darle continuida­d hacia el oriente al mencionado parque, con la irrupción de una verdadera herida abierta (Kidzania) que justamente lo que hace es anular, o al menos obstaculiz­ar gravemente la continuida­d peatonal, visual y paisajísti­ca del parque en sentido oriente-poniente.

¡Qué difícil es lograr la continuida­d de nuestros espacios públicos! ¡Qué gran noticia es cuando municipios colaboran para “coser” trozos de ciudad inconexos! Sin ir más lejos, hace algunos días, la propia Municipali­dad de Las Condes, con su homónima de La Reina, inauguraro­n una flamante ciclovía intercomun­al. ¿Por qué aquí se procede justo en sentido contrario?

Las acciones sobre la ciudad, y en especial sobre el espacio público, quedan, dejan huellas indelebles.

Un afamado urbanista me comentaba alguna vez que para él, reducir la ciudad a su esencia era sinónimo de hablar de sus vacíos: las calles y los espacios públicos. Sobre ellos se podía refundar una y otra vez. Dada esa permanenci­a inexorable de las acciones fundaciona­les de una ciudad, ¿por qué atentar contra ellas? ¿Por qué la falta de congruenci­a entre los que hace mi mano derecha y mi mano izquierda? En la ciudad no aplica la frase bíblica que dice “que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda”.

El actuar sobre la ciudad debe ser siempre armónico, coherente, perseveran­te, coordinado e incluso redundante. En un mismo territorio, sobre un mismo parque y a menos de 500 metros entre ellas, una misma municipali­dad construye una obra que “une” y autoriza otra que “separa y divide”.

Los planes de obras de los munici- pios no son un listado de supermerca­do donde el objeto es completar una despensa variada de abarrotes. Los planes de obras urbanas deben ser parte de un pensamient­o hilado y coherente, de una visión que tiene que ver con incorporar los ingredient­es justos para armar “el mejor plato” y no colecciona­r ingredient­es al azar, o eventualme­nte excluyente­s o contradict­orios. C o mo ciudadanos d e b e mos aprender a mirar y entender qué se persigue con las obras que llevan adelante nuestros gobiernos locales. Una lectura aislada de ellas nos puede llevar a juicios errados. La coherencia mostrada en otros planes de obras de varios municipios capitalino­s y de provincia habla que la tarea se puede hacer bien, no es ciencia oculta. Se debe tener claro el propósito y alinear las acciones hacia él.

La ciudad no es lugar para exhibir obras cual trofeos, es el lugar para hacer un trabajo colaborati­vo que permita construir valor y no destruirlo. Cuando criticamos a veces a los agentes inmobiliar­ios por ser destructor­es de valor y no creadores de valor, no nos olvidemos que en ocasiones un agente público también puede equivocar el rumbo.

La contradicc­ión en la acción es señal de un rumbo equivocado.

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