Requerimiento al Tribunal Constitucional
Señor director: La decisión de la Alianza de recurrir al Tribunal Constitucional para intentar bloquear la nueva ley electoral proporcional aprobada por gran mayoría en el Congreso Nacional produce pudor, y me conecta espontáneamente con El Ri
de Eugène Ionesco. La maniobra, distante de una inconsistencia (como varios analistas han sugerido), es un perfecto fractal del sinsentido. Ensimismados hasta el hastío en un rol opositor se han extraviado del centro de su misión. Furtivos de la empatía, se han transformado en “rinocerontes políticos”.
La analogía se consigue observando distintos actos de la misma obra; la obstusa y desafiante relación que tuvo RN con “su gobierno” (bajo el liderazgo de Carlos Larraín), el caos en las primarias presidenciales, la complicidad entre la UDI y empresas Penta, son emblemáticos y significativos. Y, como si a la torta le faltara su guinda, el “partido único” y su ideólogo invitando con tono mesiánico a la homogeneidad cuando la tendencia es hacia la heterogeneidad. Lo concreto es que la Alianza fue abandonada en las últimas elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales. Las encuestas lo ratifican en la actualidad. Los votos perdidos en las parlamentarias (mediante sistema binominal) le cedieron mayoría al oficialismo y per se el poder político para aprobar las reformas que tanto han impactado. En vez de hacer la pausa, asumir los costos, reflexionar y reiniciarse desde la humildad e hidalguía, eligen continuar anclados al mismo patrón que los hundió. Mientras no se complete la catarsis ningún nuevo acto, por estrafalario que parezca en su vestuario y maquillaje, evitará que estos actores sigan interpretando el libreto del absurdo. tas para que no se desmorone su sistema”. Un buen ejemplo es Hawking, que tiene que negar el principio de causalidad.
El principio más elemental de coherencia religiosa es que la existencia de Dios no puede demostrarse con arreglo a ningún método. Las pruebas de Santo Tomás son argumentos circulares sin valor. Si Dios fuera demostrable la fe no tendría mérito alguno. Por el contrario, en física todo es falseable y demostrable. Verdades estrictamente provisionales en constante revisión y corrección (ej., física clásica, física relativista).
Para meterse con Hawking, la física y en general la ciencia, no bastan tres o cuatro frases al voleo para insinuar o sostener que si alguien no es creyente entonces debe negar también toda la evidencia científica, la cual no sólo es formal sino que se traduce después en logros concretos y tangibles. La física y la cosmología modernas son harto más complejas y son muy pocos en este planeta los que entienden algo al respecto. Se recomienda prudencia en las descalificaciones. La teoría del Big Bang, en efecto, es una proposición que no requiere de un agente iniciador externo. El universo es causalmente cerrado.
Le puedo asegurar que a los ateos no se nos “derrumba el sistema”.
Ingeniero civil PUC MSc