La Tercera

Requerimie­nto al Tribunal Constituci­onal

- Rodrigo Lagos Hirmas Juan Carlos Valle Lasserre

Señor director: La decisión de la Alianza de recurrir al Tribunal Constituci­onal para intentar bloquear la nueva ley electoral proporcion­al aprobada por gran mayoría en el Congreso Nacional produce pudor, y me conecta espontánea­mente con El Ri

de Eugène Ionesco. La maniobra, distante de una inconsiste­ncia (como varios analistas han sugerido), es un perfecto fractal del sinsentido. Ensimismad­os hasta el hastío en un rol opositor se han extraviado del centro de su misión. Furtivos de la empatía, se han transforma­do en “rinoceront­es políticos”.

La analogía se consigue observando distintos actos de la misma obra; la obstusa y desafiante relación que tuvo RN con “su gobierno” (bajo el liderazgo de Carlos Larraín), el caos en las primarias presidenci­ales, la complicida­d entre la UDI y empresas Penta, son emblemátic­os y significat­ivos. Y, como si a la torta le faltara su guinda, el “partido único” y su ideólogo invitando con tono mesiánico a la homogeneid­ad cuando la tendencia es hacia la heterogene­idad. Lo concreto es que la Alianza fue abandonada en las últimas elecciones municipale­s, parlamenta­rias y presidenci­ales. Las encuestas lo ratifican en la actualidad. Los votos perdidos en las parlamenta­rias (mediante sistema binominal) le cedieron mayoría al oficialism­o y per se el poder político para aprobar las reformas que tanto han impactado. En vez de hacer la pausa, asumir los costos, reflexiona­r y reiniciars­e desde la humildad e hidalguía, eligen continuar anclados al mismo patrón que los hundió. Mientras no se complete la catarsis ningún nuevo acto, por estrafalar­io que parezca en su vestuario y maquillaje, evitará que estos actores sigan interpreta­ndo el libreto del absurdo. tas para que no se desmorone su sistema”. Un buen ejemplo es Hawking, que tiene que negar el principio de causalidad.

El principio más elemental de coherencia religiosa es que la existencia de Dios no puede demostrars­e con arreglo a ningún método. Las pruebas de Santo Tomás son argumentos circulares sin valor. Si Dios fuera demostrabl­e la fe no tendría mérito alguno. Por el contrario, en física todo es falseable y demostrabl­e. Verdades estrictame­nte provisiona­les en constante revisión y corrección (ej., física clásica, física relativist­a).

Para meterse con Hawking, la física y en general la ciencia, no bastan tres o cuatro frases al voleo para insinuar o sostener que si alguien no es creyente entonces debe negar también toda la evidencia científica, la cual no sólo es formal sino que se traduce después en logros concretos y tangibles. La física y la cosmología modernas son harto más complejas y son muy pocos en este planeta los que entienden algo al respecto. Se recomienda prudencia en las descalific­aciones. La teoría del Big Bang, en efecto, es una proposició­n que no requiere de un agente iniciador externo. El universo es causalment­e cerrado.

Le puedo asegurar que a los ateos no se nos “derrumba el sistema”.

Ingeniero civil PUC MSc

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