Ministerio de la Mujer

Señor director: En relación al editorial de ayer, relativo a las dudas sobre la ideologización del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, quiero precisar que algunas aprensiones son justificadas y otras no tanto.

Primero, es un hecho que el Sernam requería ajustarse a su realidad. Más que un servicio, era un ministerio, por ello es que su directora formaba parte del gabinete presidencial, participando activamente en proyectos de ley, los cuales firmaba como cualquier secretario de Estado. Sin embargo, admini s t r a t i v a mente dependía del Ministerio de Desarrollo Social, restándole capacidad de influir en el quehacer público, requisito esencial para realizar políticas de género transversales.

Segundo, coincido en que en sus inicios el proyecto de ley era bastante ideológico. Sin embargo, gracias a la iniciativa de parlamentarias de la centroderecha, se estableció la obligación de proteger la maternidad, su valor como función social, la dignidad de las dueñas de casa, e incluir por primera vez en nuestra legislación a la mujer indígena, reconociéndolas y protegiéndolas.

Tercero, definimos la equidad de género para eliminar cualquier interpretación extensiva de un concepto que es altamente discutido, basándonos en la ausencia de total discriminación arbitraria respecto a la mujer y, por cierto, del hombre.

Finalmente, este esfuerzo no sirve de nada si a días de ser aprobado el Ministerio de la Mujer, la Presidenta Bachelet y la ministra Pascual doblan la letra y en vez de proteger la maternidad, que incluye a la mujer embarazada y al niño que está por nacer, presenta un proyecto de ley de aborto, que desconoce el mandato de esta cartera. La ideología más que en el texto del ministerio, está en las autoridades actuales que contrarían lo que la ley les obliga.