La Tercera

DOS DECADAS DE RELACION TORMENTOSA

- S. Stanojevic y V. Bernardic

LA SENTENCIA de la Corte Internacio­nal de Justicia (CIJ) cambiará poco las tormentosa­s relaciones bilaterale­s de Serbia y Croacia.

Sólo entre 2010 y 2012, al coincidir en la Presidenci­a de Serbia el moderado Boris Tadic, y el ahora Presidente saliente Ivo Josipovic en la de Croacia, las relaciones parecían normalizar­se. Pero la nueva Presidenta croata, la conservado­ra Kolinda Grabar-Kitarovic, quien asume el cargo este mes, se mostró en la campaña electoral claramente cercana a los círculos nacionalis­tas y antiserbio­s de Croacia. Y el actual presidente serbio, Tomislav Nikolic, en el poder desde 2012, proviene del sector más nacionalis­ta de la política serbia.

La reciente puesta en libertad por enfermedad del líder el costo humano y material del conflicto.

Serbia replicó en 2010 con su propia denuncia, acusando a Zagreb de genocidio por la ofensiva croata que puso fin a la guerra en 1995 y que, según argumentó, obligó a 200.000 serbios a huir de sus casas. Además, pidió igualmente indemnizac­iones para los serbios de Croacia, y exigió que Zagreb dejara de celebrar como día fer i a do el 5 de a g os t o, aniversari­o del triunfo de la “Operación Tormenta”.

Tras conocer la decisión, el primer ministro croata,

Por radical serbio Vojislav Seselj, acusado por el Tribunal Penal Internacio­nal para la Antigua Yugoslavia (Tpiy) de crímenes de guerra en Croacia, ha vuelto a levantar los ánimos, tras una serie de declaracio­nes incendiari­as. Pero no ha sido el único, porque durante la campaña electoral, Grabar-Kitarovic calificó a la provincia serbia septentrio­nal de Vojvodina (con una importante minoría húngara) de “Estado” propio.

Aparte de la retórica nacionalis­ta y las provocacio­nes mutuas, ambos países tienen todavía varios problemas prácticos que solucionar, como el de los desapareci­dos, los refugiados, los derechos de las minorías o los procesos individual­es por crímenes de guerra.

“La difícil situación económica en Croacia ha llevado a una vuelta atrás y ha Zoran Milanovic, manifestó su molestia. “No estamos contentos con la decisión de la Corte, pero la aceptamos de forma civilizada. Tenemos que aceptar la decisión, es definitiva y no hay posibilida­d de apelar”, dijo Milanovic.

El Presidente serbio, Tomislav Nikolic, por su parte, confió en que “en el futuro, Serbia y Croacia tengan la fuerza de resolver conjuntame­nte todo lo que obstaculiz­a la posibilida­d de instaurar un periodo de paz duradera”.

Sin embargo, algunos ana- colocado temas del pasado en el primer plano”, aseguró esta semana la analista serbia Aleksandra Joksimovic. Consideró que el período de desconfian­za durará todo el año, aunque no espera un mayor deterioro de las relaciones.

Similar es la opinión expuesta por Josipovic en Zagreb, al decir que “la vida sigue adelante. La tarea de este y de todos los futuros gobiernos será promover las buenas relaciones de vecindad”.

“No tenemos relaciones (con Serbia) ahora pero tampoco creo que las vayamos a tener ni hoy ni mañana”, proclamó, sin embargo, el ministro de Justicia croata, Orsat Miljenic, tras conocerse la sentencia en La Haya, que a su país, dijo, le “toca asumir”. listas advirtiero­n que la sentencia tiene potencial para servir a ambos países como pretexto para nuevos debates sobre quién fue víctima y quién agresor.

De todos modos, Dejan Jovic, profesor en la Universida­d de Zagreb, dijo a la BBC, que este “sobrio veredicto, podría traer más equilibrio, si hay buena voluntad política para terminar la eterna discusión sobre las guerras en los 90”. El correspons­al de la BBC Guy Delauney señaló que hay pocas razones para celebrar tanto en Belgrado como en Zagreb.

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