Europa y sus fantasmas
NUEVAMENTE un fantasma recorre Europa. Ya no es el comunismo como lo pensaron Engels y Marx en el siglo XIX. Este fue enterrado hace ya muchos años y no resucitará. El nuevo fantasma son las izquierdas radicales que florecen en el terreno abonado por las políticas de austeridad impuestas por la troika constituida por el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
Las nuevas izquierdas han obtenido una primera gran victoria en Grecia con Syriza encabezada por Alexis Tsipras, líder de sólo 40 años. Es la primera vez en la historia de Europa que un grupo de izquierda radical obtiene una votación tan importante (36,4%). La contrapartida fue la debacle de los partidos tradicionales y especialmente del que fuera un gran partido socialista, el Pasok, que apenas superó el 5%.
Tsipras representa un desafío mayor para la gobernabilidad conservadora que domina Europa. El nuevo Primer Ministro busca terminar con los actuales programas de rescate, renegociar su deuda externa, aumentando salarios, pensiones y subsidios de cesantía y recontratando a los funcionarios públicos despedidos.
La propuesta del nuevo gobierno griego es renegociar las condiciones de pago de la deuda, indexándolas al crecimiento de la economía. Es decir, se pagará en la medida en que el crecimiento lo permita.
El liderazgo europeo se ve así enfrentado a un gran dilema: insistir en las políticas actuales que han provocado una recesión profunda o abrirse a una negociación que termine en un nuevo acuerdo. Si opta por la primera opción puede provocar la salida de Grecia del euro con el riesgo de un efecto dominó de consecuencias insospechadas. Por el contrario, si opta por el acuerdo estará estimulando a otros países a transi- tar por la misma vía. En uno u otro caso, la actual gobernabilidad económica y política de Europa estará cuestionada.
Los líderes europeos han sido cautos. En su último encuentro la Canciller Merkel y el Presidente Hollande concluyeron que las circunstancias obligan a “multiplicar las discusiones y los contactos, en el respeto a las decisiones del pueblo griego y de sus compromisos”. Es evidente que no es posible respetar las decisiones del pueblo griego manteniendo la camisa de fuerza de los compromisos anteriores. ¡Habrá que optar!
El 28 de febrero será una fecha clave. Ese día vence el plazo establecido en el segundo programa de rescate. El gobierno griego necesita imperiosamente los 7 mil millones de euros que le corresponden de acuerdo al programa pactado. El problema es que quiere recibirlos sin cumplir con las condiciones pactadas.
La partida está abierta. Tsipras la tiene muy difícil pero no imposible. Gobiernos de países grandes como Francia e Italia miran con interés la posibilidad de una inflexión de las políticas vigentes. En España tanto los populares como el PSOE ven con pánico el ascenso fulgurante del Podemos. En Portugal el bloque de izquierda ha experimentado también un importante avance. Y apoyo imprevisto,Obama afirmó que es necesario pasar de la austeridad al crecimiento.
Si Tsipras consigue doblarle la mano a la Canciller Merkel su elección habrá constituido un hito histórico. Si no… Florecen las izquierdas radicales en el terreno abonado por el FMI, el BCE y la Comisión Europea. El caso de Grecia supone un duro desafío.