Imacec y barrera de crecimiento
Señor director: Si bien el Imacec de diciembre mostró un alza moderada respecto de los meses previos, con un crecimiento interanual de 2,9%, se confirma que en 2014 habremos crecido en torno al 1,8%, siendo éste el peor desempeño de nuestra economía en tres décadas descontando l os años de crisis externas (1999 y 2009). Esta es la primera vez en siete años -de nuevo, sin contar dichas crisis- que Chile crece menos que la economía mundial, y la primera vez desde 1985 que es apenas la mitad del mundo. Desde que asumió el actual gobierno el Imacec no pudo superar la barrera del 3%.
Los pronósticos para 2015 tampoco son alentadores. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de rebajar la proyección de crecimiento del país de 3,3% a 2,8%. La última encuesta de expectativas del Banco Central muestra una proyección de 2,6% para 2015, mucho menos que el 4,3% proyectado hace un año. Es decir, al igual que el año pasado todas las correcciones para este año han ido a la baja.
La leve mejoría del Imacec de diciembre estuvo marcada por un aumento puntual de las importaciones de bienes de capital, específicamente de vehículos y camiones. Sin embargo, los datos preliminares de enero muestran que siguen cayendo con fuerza el consumo y la inversión, lo que disipa las anheladas expectativas de inflexión.
Mientras las autoridades no hagan un diagnóstico más preciso de las razones que explican la debilidad de nuestra economía, afectada por la implementación de la reforma tributaria y la discusión de otras reformas estructurales como la sindical, la modificación al código de aguas o el cambio a la Constitución, seguiremos en presencia de tasas de crecimiento mediocres, como las observadas durante 2014.
El informe menciona que no encontró estudios sobre los efectos de la acreditación de programas, y que son pocos los que relacionan la formación inicial de los docentes con los aprendizajes de los alumnos de enseñanza básica y media. También destaca que 42 estados de Estados Unidos exigen una prueba para ejercer como docentes en su estado, pero que es escasa la evidencia de que los docentes que obtienen un puntaje alto en esas pruebas tengan más éxito en la sala de clases que los que obtuvieron puntajes bajos.
Es difícil suponer que se tienen en nuestro país los recursos para preparar pruebas mejores que las que se emplean en esos 42 estados. Por lo tanto, por ahora, parece difícil tener instrumentos suficientemente precisos, como para tomar decisiones con información adecuada. que buscan imponer sus ideas como las únicas válidas, en vez de aceptar la diversidad. Eso se ve reflejado en el debate.
En Chile hay sectores que buscan la supremacía de una posición que es igual de discutible que cualquier otra, y que esconde el trasfondo de todos los temas trascendentales: el alcance de su validez. Hay quienes creen tener la verdad y que esa verdad anula posiciones distintas, y otros que creen que la totalidad de los puntos de vista son discutibles y aceptables en el ámbito individual.
Chile es uno de los cinco países que penan el derecho de una mujer y de una familia a decidir abortar. Si hay una ley que despenaliza el aborto se debe entender que no se impone el aborto, sino que se deja libre a la persona a que decida, sin intervención alguna y acorde a sus principios.
O los sectores religiosos y conservadores reconocen débiles sus argumentos, o simplemente se le tiene demasiado miedo al pensamiento libre y a la libertad de elegir de cada persona. del fallecido acerca de si donarán sus órganos, los equipos médicos obtienen cada vez más respuestas negativas: 52% en 2014, versus 37% en 2010, cuando se hizo la primera modificación legal de donante presunto. Las leyes no han ayudado a generar conciencia solidaria en este ámbito, pero sí han estremecido a la población en términos negativos, produciendo un franco rechazo.
En Chile se han hecho esfuerzos creando estructura en el sistema de salud, lo que no es suficiente al tratarse de una materia sensible referida a un aspecto incomprensible y temido: el fenómeno de la muerte. ¿Son las leyes las llamadas a resolver las listas de espera de órganos para trasplantes, si ya constatamos un efecto contrario a la esperanza del legislador?
Mejor promover una cultura de donación de vida a quienes esperan y tienen posibilidad de vivir. No vamos por buen camino implementando medidas obligatorias a personas que no vislumbran siquiera el momento de su propio fin, si no construimos mensaje desde la generación de más vida.