La deuda de China se cuadruplicó entre 2007 y mediados de 2014 y asciende hoy a US$ 28 billones, o 282% del PIB.
LA SABIDURÍA convencional dictaba que tras la crisis financiera de 2008 y la profunda recesión que la siguió habría un desendeudamiento generalizado. No ha sido así. La deuda de gobiernos, empresas y personas ha seguido s ubi e ndo a tasas aceleradas, creando nuevos riesgos para la estabilidad financiera y la economía global.
Un estudio de McKinsey Global Institute advierte que la deuda global ha aumentado en US$ 57 billones, o 17 puntos del PIB, hasta US$ 199 billones, llevando la relación deuda/PIB mundial al 286%. Es decir, el mundo debe casi tres veces lo que produce.
“Más que reducir su deuda, las principales economías se endeudan hoy más en relación a su PIB que en 2007”, señala el estudio Debt (and not much) develeraging, el tercero que hace McKinsey sobre la evolución de la deuda tras la crisis. Aunque el aumento en la deuda es inferior al de 23 puntos del PIB experimentado en los siete años previos a la crisis, advierte el documento, es suficiente para generar “nuevos riesgos para la estabilidad financiera y podría socavar el crecimiento mundial”.
Las economías en desarrollo dan cuenta de la mitad de ese crecimiento y en muchos casos se debe a una saludable profundización de sus sistemas financieros. Pero en las economías avanzadas la deuda gubernamental se ha disparado y el desendeudamiento del sector privado ha sido limitado.
Los más endeudados
El país más endeudado el mundo es Japón, con una relación deuda/PIB de 400%. La deuda nipona ha crecido en 64 puntos porcentuales desde 2007, un incremento atribuible prácticamente en su totalidad al sector público. Hoy, la deuda del gobierno de Japón representa 234% del PIB y se prevé que escale hasta el 258% hacia 2019.
Irlanda, en tanto, es el país donde más creció la deuda: 172 puntos porcentuales en estos siete años, hasta ubicarse en 390% del PIB, debido a mayores obligaciones de gobierno (93 puntos) y empresas (90 puntos). El endeudamiento de los hogares, en contraste, cayó 11 puntos.
La relación deuda/PIB también supera el 300% en Singapur (382%), Portugal (358%), Bélgica (327%), Países Bajos (325%), Grecia (317%), España (313%) , Suecia (304%) y Dinamarca (302%).
Sólo la deuda pública se ha disparado en US$ 25 billones en todo el mundo y “seguirá creciendo en muchos países, dado el contexto económico actual”, asegura el texto, que recuerdan que muchos bancos centrales disminuyen las tasas de referencia para estimular la economía fomentando precisamente el crédito.
Chile no ha escapado a la tendencia, aunque tanto la relación deuda/PIB como el incremento en el endeudamiento están en la parte baja de la tabla. McKinsey pone la deuda chilena en 136% del PIB, tras un alza de 35 puntos desde 2007. De ese aumento, 20 puntos corresponden al endeudamiento del sector empresarial y nueve al de los hogares, mientras que la del gobierno sumó seis puntos.
Motivos de preocupación
McKinsey destaca tres aspectos que merecen atención especial. El primero es que la deuda de los gobiernos es demasiado alta como para resolverla con austeridad o crecimiento. Las autoridades tendrán que ser creativas y considerar medidas menos ortodoxas, como ventas de activos, impuestos excepcionales y tal vez programas de reestructuración de deuda.
Un segundo punto es que los hogares en algunos países siguen aumentando su endeudamiento. McKinsey calcula que 80% de los hogares tienen una deuda más alta que en 2007, incluso en el norte de Europa, Canadá y Australia.
El veloz incremento de la deuda de China es el tercer motivo de preocupación. La explosión en los bienes raíces y en la banca paralela (o en la sombra), la deuda en la segunda mayor economía del mundo se ha cuadruplicado, de US$ 7 billones en 2007 a US$ 28 billones a mediados del año pasado. La relación deuda/PIB es de 282%, superior a la de Estados Unidos o Alemania - y la mitad se vincula al sector inmobiliario.
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