El Fósforo prende la ilusión
El solitario gol de Diego Rosende dio la victoria a Palestino sobre Nacional de Montevideo. Los árabes celebraron así con un triunfo su retorno a la Copa Libertadores tras 36 años. Errores arbitrales ayudaron a los chilenos, quienes siguen invictos en tre
A Diego Rosende le dicen, además de Mister Bean, Fosforito. Era eso, precisamente, lo que necesitaba Palestino para encender su retorno a la Copa Libertadores luego de 36 años en ascuas. Con una chispa, bastaba. Y eso fue lo que puso el volante. Un remate rasante, desde la entrada del área, bastó para que los árabes celebraran un triunfo por la cuenta mínima sobre un rival duro, mezquino, y acostumbrado a estas l i des, c omo Nacional de Montevideo.
La expectación cundía entre los fanáticos tricolores, que se acercaron a Plaza Chacabuco para ser testigos del retorno de Palestino al clásico torneo continental.
Se trataba del partido de ida de un duelo de eliminación directa. Y, más allá del histórico momento para los árabes, el rival proponía una serie que se anticipaba muy ajustada. Es que los uruguayo, por ejemplo, disputaban por 19ª vez consecutiva la Libertadores. Eso, ante la i nexperiencia del j oven plantel que adiestra Pablo Guede, parecía parte de los argumentos para que El Bolso asomara como favorito.
Y esos nervios, esperables en el local, se notaron demasiado en la primera media hora del duelo.
Curiosamente, el arquero Darío Melo fue uno de los que más posesión del balón tuvo en esos 30 minutos iniciales. Por suerte, eso sí, no porque la visita lo acosara con remates. Sus compañeros lo buscaban mucho, pasándole la pelota a ras de piso y al pie, para intentar salir jugando desde atrás ordenada y pacientemente.
Parecía otro Palestino. No estaba el vértigo, el desequilibrio.
Melo ni siquiera intentaba romper el ritmo monocorde con alguna salida larga, jugando a dividir.
Así, se veía difícil que los tricolores pudiesen doblegar un Nacional bien parado atrás, que apostaba poco y nada a atacar, y que sabe bien el libreto que le acomoda, sobre todo fuera de su casa.
Incluso, a los 19’, un latigazo desde más de 25 metros salido de la zurda de Díaz remeció el poste izquierdo de Melo. La visita casi se pone en ventaja. Eso, habría sido demasiado castigo para un maniatado Palestino.
Pero el juego tiene matices inesperados.
Fue a los 35 minutos cuando Diego Polenta, combinado con el juez Antonio Arias, generaron el bemol necesario para que los árabes se reencontraran con su identidad.
El defensa charrúa hizo un torpe foul en tres cuartos de cancha, que el árbitro consideró para expulsión directa. Con un hombre más, Guede y sus pupilos vieron que podían torcer el destino.
Apareció Riquelme. Si en la primera mitad no tuvo contacto con el balón, de entrada generó desequilibrio en el complemento.
Palestino volvía del vestuario decidido a doblegar al “No sé si se facilitaron tanto las cosas porque ellos se metieron muy atrás, complicando el ataque nuestro” “Un jugador de más en este tipo de torneo se nota. Con 11 contra 11 hubiera sido distinto” Bolso. Lo presionó e hizo que el portero Munúa tuviera acción y, sobre todo, se convirtiera en actor protagónico.
Hasta que el Fósforo encendió la llama. A los 51’, Rosende remataba desde el vértice izquierdo del área, en la segunda pelota tras un córner. Munúa salvaba, pero el volante anticipaba qué era lo que se venía. La visita, aguantaba. Eso, no más. Ni al contragolpe apostaba.
Entre medio, eso sí, la única vez que se animó Nacional, Melo debió ser expulsado por una mano lejos del área tras una contra de Fernández. El paraguayo Arias volvió a errar al no cobrar.
Pero llegó el momento de inspiración de Rosende. Riquelme se la dio en la entrada del área. Remate rasante. Gol. El Fosforito entregaba la llama que requería Palestino en su retorno a la Libertadores. Una ventaja mínima, aunque sin goles en contra de una visita dura, de cara a la revancha, que se juega el miércoles 12, en Montevideo, a puerta cerrada.