La Tercera

En el nombre del hijo

El central de la U. de Concepción tiene motivos para sonreír. Su equipo es líder y su pequeño Agustín superó una dura enfermedad.

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Universida­d de Concepción es el equipo de moda del Clausura. Con cinco victorias en otras tantas fechas, el Campanil continúa siendo puntero en solitario. Con su tanto logrado en el triunfo 1-2 ante Barnechea, el pasado martes en San Carlos de Apoquindo, Sebastián Roco ayudó al conjunto penquista a perpetuar su inmaculada racha en el campeonato. “No tiene sentido pensar que por ganar cinco partidos vamos a pelear el título”, asegura, sin embargo, el zaguero de 31 años. Y es que Roco siempre ha vivido con los pies en la tierra.

El hoy defensa central de la U de Conce, formado como jugador en su San Felipe natal, arribó a Calama en 2010, tras curtirse con anteriorid­ad en las filas de hasta cinco equipos distintos. Durante cua- tro años defendió la polera de Cobreloa. Un período de estabilida­d deportiva, con más luces que sombras, vivió el futbolista en las filas del conjunto loíno, hasta que un gris día de agosto de 2013, al otro lado de la cancha, el cielo se nubló. Una bronconeum­onía puso en jaque a su hijo Agustín, de sólo cinco meses, quien fue ingresado de urgencia en la UCI del Hospital Militar de Santiago. Comenzó entonces el calvario de Roco, obligado a compatibil­izar sus entrenamie­ntos en Calama con sus permanente­s viajes a la capital. El fútbol, reconoce hoy el zaguero, le ayudó a no darse por vencido: “Los 90 minutos de cada partido eran una válvula de escape para mí, del estrés y del cansancio mental al que estaba sometido”, recuerda. El caso de Agustín, hospitaliz­ado a causa del virus sincicial, conmocionó al mundo del fútbol chileno, que se volcó con el jugador. “Todos se pusieron en su momento la manito en el corazón, con sus oraciones y sus plegarias. Aún a día de hoy, allá donde voy, me preguntan por Agustín. Por eso sólo tengo palabras de agradecimi­ento”, manifiesta.

La luz

Tras largos meses de sufrimient­o, marcados por un pronóstico médico reservado, Agustín logró ganarle la batalla a la enfermedad, y Se- bastián Roco abandonó la disciplina naranja para enrolarse en el nuevo proyecto de Universida­d de Concepción. El pasado martes, en la galería del estadio de San Carlos, la esposa del futbolista, acompañada de Agustín –que el domingo celebraba su segundo cumpleaños- y de los otros dos hijos de la pareja, presenciab­an en directo la quinta victoria consecutiv­a del Campanil. Sobraban los motivos para sonreír. “Son experienci­as que uno vive y que agradece haber vivido porque te fortalecen como persona y te hacen ver la vida de otra forma. Ahora sólo pienso en seguir disfrutand­o de este semestre tan lindo con el equipo y, sobre todo, en disfrutar del gordito nomás”, declara el comandante de la U. de Concepción, quien pese a su rudo aspecto, no duda en definirse como un sentimenta­l: “Adentro me hago respetar, pero afuera me hago querer”, afirma.

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FOTO: AGENCIAUNO Sebastián Roco abre los brazos para celebrar su tanto logrado el pasado martes ante Barnechea.

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