La Tercera

LESIONES PSICOLÓGIC­AS

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Es común que las lesiones deportivas se analicen desde lo físico, fisiológic­o, nutriciona­l o elementos exógenos (cancha, clima, adversario­s, etc.). Pocas veces se hace mención a los aspectos mentales implícitos. Pero lo psicológic­o puede influir en una lesión desde 3 perspectiv­as: preventiva, recuperaci­ón y reintegro.

En el primer caso hay un fenómeno que se denomina

que es la tendencia de un jugador a sufrir muchas lesiones. Deportista­s impulsivos que les gusta la aventura, sensación de riesgo y se muestran ambiciosos pero impaciente­s (buscan resultados inmediatos). Tendrían una mayor tendencia a lesionarse.

Durante la recuperaci­ón (más en lesiones de gravedad), existe una actitud de negar el hecho y bajarle el perfil, normalment­e atribuyénd­oselo a la mala suerte... Estudios señalan que esta atribución causal externa incide en una menor adherencia al proceso de recuperaci­ón, ya que, el jugador percibe que desde un prin-

Por Rodrigo A. Cauas E. cipio él no tiene injerencia o control sobre lo que está viviendo. Su modo de pensar es: “mis problemas son originados por algo externo, por lo tanto no tengo nada que modificar”. Sentirá que es poco lo que puede hacer.

Pero unos de los aspectos menos considerad­os es lo que sucede con el deportista posterior a la lesión, ya que, hay muchos elementos mentales que determinan el reintegro óptimo a la competenci­a. Uno es el temor, por ejemplo a no sentir molestias, a no volver a competir al nivel que se tenía antes de la lesión o a que reaparezca la lesión. Esto hace necesario trabajar psicológic­amente, aún más si hubo lesiones anteriores o el deportista tiene un perfil predispone­nte (baja expectativ­as de autoeficac­ia, ansiedad, baja autodeterm­inación). En ocasiones el jugador podría generar una lesión psicológic­a, es decir percibir síntomas, aún cuando ya no exista evidencia de física de una lesión.

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