El triunfo y el descenso de los Wachowski
La dupla de directores que revolucionó la ciencia ficción con sigue haciendo grandes producciones, pero con críticas regulares y sin repetir el éxito de su trilogía. Ahora se acaba de estrenar en Chile su última apuesta, con Mila Kunis y Channing Tatum.
EL 27 DE ENERO pasado, en una función sorpresa en el festival de Sundance, se estrenó sin previo aviso El destino de Júpiter, lo nuevo de Andy y Lana Wachowski en la ciencia ficción y su cinta más cara a la fecha. El estreno de una película de ese calibre en una vitrina dedicada al cine de espíritu independiente grafica el irregular y atípico tranco que han mantenido los hermanos Wachowski desde que en 1999 irrumpieron con ese hito del cine reciente titulado Matrix.
Una carrera de dos décadas que ha tenido como indiscutibles rasgos la persistencia pese a las caídas y la fascinación por la ciencia ficción. Comenzaron con historias ambientadas en el submundo criminal; primero, escribiendo el guión de Assasins (1995) y, un año después, debutando en la dirección con Bound (1996).
Tras eso, vino la película que los elevó al panteón hollywoodense. Con Matrix (1999) destrozaron récords de taquilla, ganaron cuatro Oscar técnicos y proyectaron que una historia enrevesada y reflexiva podía ir enlazada del cine masivo. Y lo transformaron en trilogía, con Matrix recargado (2003) y Matrix revoluciones (2003).
Con V de venganza (2005) se anotaron el único triunfo de su carrera en la última década, como guionistas y productores, ya que cedieron la dirección a James McTeigue. El regreso a la silla del director llegó en 2008, con su película más vapuleada a la fecha, Meteoro, basada en la serie japonesa de los 60. La cinta recaudó US$ 93 millones, frente a los US$ 120 millones que costó y feroces críticas.
Ese tropiezo no clavó la lápida sobre los Wachowski, pero sí les trajo problemas para financiar su siguiente proyecto, un intento por llevar a la pantalla grande la novela Cloud atlas, para muchos infilmable por contar una historia que abarca múltiples líneas narrativas a través de seis eras diferentes. El proyecto arrancó sólo gracias a capitales alemanes y les permitió volver a zambullirse en la ciencia ficción, esta vez en codirección con Tom Tykwer ( Corre Lola corre). Si bien consiguieron el apoyo de un sector de la crítica, la cinta de casi tres horas de duración naufragó en taquilla, al obtener US$130 millones, lo que no sirvió para recuperar el presupuesto, que se habría empinado sobre los US$ 140 millones.
Luego vino una sorpresiva declaración de confianza de parte de Hollywood: Warner le habría entregado a los Wachowski US$175 millones para El destino de Júpiter. El estreno, que los tiene de vuelta en salas, cuenta la historia de una joven que trabaja de limpiadora (Mila Kunis) que, al encontrarse con un soldado genéticamente modificado (Channing Tatum), se entera que está destinada a ser la próxima gobernante de la galaxia. En junio de 2014, cuando faltaba un mes y medio para su debut mundial, el estreno se postergó siete meses, ya que se requería mayor trabajo de efectos especiales.
La cinta ha generado comentarios dispares. The Guardian apuntó que “todo es muy extraño y divertido, como un programa de ciencia ficción de culto que de alguna manera sobrevivió a una amenaza de cancelación a mitad de temporada”. En contraparte, Variety opinó que la película es “un decepcionante paso atrás para los Wachowski”.
De cualquier forma, los hermanos cuentan con un proyecto en marcha, la serie Sense8 que están produciendo en conjunto con Netlfix ( ver recuadro). Ni una serie de baches en el camino los sacan de la carrera.