La Tercera

Energía nuclear

- Eduardo Reyes Frías Pedro Aravena Rivera M. Francisca Valenzuela H. M. Solange Faverau C.

Señor director: Los estudios sobre la opción de incluir energía nuclear para generar electricid­ad en Chile, iniciados en 2007 y descritos en La Tercera, siguen pendientes ante la complejida­d de los factores científico­s, tecnológic­os, ambientale­s y políticos involucrad­os. No se trata sólo de “un terror nuclear” generado por el desastre de Fukushima, como dicen algunos expertos, quienes así omiten otra clase de objeciones más objetivas.

Por ejemplo, en tanto Chile carece de la materia prima y del dominio tecnológic­o del uranio, la instalació­n y el funcionami­ento de los reactores de potencia implicaría una dependenci­a mayor que la actual importació­n de combustibl­es fósiles. El accidente de Fukushima, además de revelar deficienci­as preventiva­s, planteó nuevas exigencias en el diseño, el emplazamie­nto y el control de las plantas nucleares, traducible­s en mayores costos.

La “expansión” de la energía nuclear en el mundo que describe una carta de Fernando Sierpe, miembro de un comité del Colegio de Ingenieros, es bastante relativa. Vale, sobre todo, en China y Corea del Norte. En menor escala, Argentina y Brasil. En cambio, Alemania y algunos países europeos han detenido el desarrollo nuclear eléctrico favorecien­do otras fuentes.

En una situación muy diferente, las grandes potencias que dominan el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mantienen un control geopolític­o del uso actual y potencial de la energía atómica, cuyo armamento sigue siendo el factor disuasivo de alcance planetario. en nuestro quehacer médico. Si hay profesiona­les que están disponible­s para realizar abortos, deberán ir a trabajar a otros lugares en donde esta práctica se realice y acepte. En nuestra red UC Christus no se harán abortos, nuestros principios y valores más profundos no van a cambiar por un determinad­o proyecto de ley. Esto es definitivo”.

Dichas afirmacion­es, lamentable­mente, configuran una gravísima infracción a disposicio­nes fundamenta­les de nuestro ordenamien­to jurídico, constituci­onal y laboral; pues condiciona­n la contrataci­ón y estabilida­d del empleo en esa universida­d a visiones de índole religiosa y política, de conformida­d con lo previsto por el artículo 2º, incisos 1º, 3º, 4º y 5º del Código del Trabajo, que caracteriz­an esas conductas como actos de discrimina­ción laboral en relación al artículo 19º, números 6º inciso 1º y 16º, de la Constituci­ón Política.

Esta infracción resulta agravada por la investidur­a académica del rector, y debiera motivar el estudio de acciones preventiva­s, tanto de organismos públicos como de organizaci­ones sindicales. tipo de evaluacion­es permite orientar, adecuar las estrategia­s e intenciona­r pedagógica­mente las decisiones dentro del aula según las fortalezas y debilidade­s. Sin brújula, nada asegura avances en la dirección correcta.

La prueba evalúa comprensió­n lectora y puede ser criticada como instrument­o. Pero, ¿tienen los profesores herramient­as necesarias para hacer un buen diagnóstic­o? Esta habilidad es transversa­l al resto de los aprendizaj­es y es fundamenta­l para desenvolve­rse en el mundo. No determinar a tiempo las debilidade­s de un niño en esta línea traerá consecuenc­ias negativas en su rendimient­o académico.

Uno de los componente­s de la educación de calidad es diagnostic­ar en el momento justo aquellas destrezas no logradas para un cierto nivel, y cuyo rezago puede acrecentar brechas que van retardando el buen desarrollo, fortalecie­ndo así uno de los pilares de la desigualda­d. En última instancia, suspender la prueba Simce de 2º básico no es una medida acertada, por ahora, cuando las acentuadas brechas de calidad que poseemos afectan a los estudiante­s menos favorecido­s.

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