PRIORIDADES GLOBALES
El ritmo de las reformas estructurales ha estado
desacelerándose en la mayoría de los países avanzados en la Ocde en los dos últimos años, luego de un período de aceleración significativa tras la crisis. En muchos casos, esto puede atribuirse a condiciones cíciclicas adversas y limitaciones a las políticas fiscal y económica.
La productividad laboral sigue siendo el principal
impulsor del crecimiento. La Ocde sugiere priorizar reformas que desarrollen habilidades y capital basado en el conocimiento. “Elevar la calidad e inclusión de los sistemas educacionales sostendrá esto”, dice. Los países de menores ingresos deben priorizar el acceso a educación de calidad.
Trasladar la protección del puesto al trabajador
y al mismo tiempo conseguir una mejor integración de protección social y políticas de mercado laboral activas, facilitará la creación de empleo y el calce entre trabajadores y empleos. Las reformas en esta dirección también pueden reducir la dualidad e informalidad laboral.
Es preciso mejorar los ajustes políticos
en competencia e innovación para facilitar la entrada de nuevas empresas y la reasignación de capital y mano de obra hacia las firmas y sectores más productivos. En el caso de Chile, la Ocde menciona en particular la competencia en el sector de telecomunicaciones.