La Tercera

“Debe priorizars­e la reforma total de la Constituci­ón a través del Congreso”

Abogado constituci­onalista Experto constituci­onal de Bachelet en campaña, no descarta que el próximo gobierno sancione una nueva Constituci­ón. Junto a ello, defiende idea de acuerdo político desde el Parlamento para modificar la actual Carta Fundamenta­l.

- Emmanuel Ganora B.

Si bien la Presidenta Bachelet aplazó iniciar el debate por nueva Constituci­ón para marzo de este año, el debate por la reforma a la Carta Fundamenta­l siguió su curso en la opinión pública, en especial, el dilema de su método: reforma desde el Congreso o asamblea constituye­nte. De esta discusión, el abogado constituci­onalista Francisco Zúñiga –militante PS y que presidiera el equipo constituci­onal en el comando de campaña de Bachelet- hace un balance de la contienda de ideas en torno a la aspiración de una Carta Magna. Y lo hace defendiend­o el camino de una iniciativa desde el Parlamento. Las señales de Bachelet frente a la asamblea constituye­nte han sido distantes. ¿La Presidenta descartó este método? El programa de la Presidenta Bachelet no descarta el método de asamblea constituye­nte. ¿Estaba contemplad­a la AC en la propuesta que el comando le entregó a la Presidenta? Se le entregaron varias propuestas de procedimie­nto, tres al menos. Pero la Presidenta decidió no definir en ese minuto de la campaña un método específico. ¿La AC ni siquiera está menciona- da en la propuesta que se le entregó a la Presidenta? No está mencionada, sólo las caracterís­ticas del procedimie­nto; democrátic­o, institucio­nal y participat­ivo. Ahí hay cabida desde la reforma hasta la AC. Pero, para serle franco, no pondría la carreta delante de los bueyes. ¿Por qué? Porque el procedimie­nto no define el alumbramie­nto de la nueva Constituci­ón. Lo que define el alumbramie­nto es un acuerdo político para la nueva Constituci­ón. En lo personal, ¿qué método para cambiar la Constituci­ón considera el de mayor pertinenci­a? En lo personal, sin que esto comprometa al gobierno, debe priorizars­e la reforma total de la Constituci­ón a través del Congreso. Porque creo que las institucio­nes tienen una razón de ser. La Constituci­ón le asigna al Congreso el poder constituye­nte derivado y no hay ninguna justificac­ión para que el Congreso no lo ejerza. Sí creo que tal cuál está formulado el ejercicio de poder constituye­nte derivado, es insuficien­temente democrátic­o y participat­ivo. El óptimo sería reformar el capítulo de reforma a la Constituci­ón para introducir mecanismos de participac­ión de la ciudadana en el proceso constituye­nte. “Debe priorizars­e la reforma total de la Constituci­ón a través del Congreso. Creo que las institucio­nes tienen una razón de ser”. “El óptimo sería reformar el capítulo de reforma a la Constituci­ón para introducir mecanismos de participac­ión ciudadana”. “(Las constituci­ones) no deben ser imposicion­es mayoritari­as, sino que deben ser fruto de un amplio acuerdo”. ¿Qué método de participac­ión? En lo personal, un referéndum constituye­nte que apruebe la reforma total aprobada por el Congreso. Sería un mecanismo muy valioso. Eso, sin perjuicio que durante el proceso mismo, el Congreso y sus comisiones, pueda hacer un amplio debate con la ciudadanía a través de cabildos y asambleas regionales. ¿Vinculante­s? No, mecanismos consultivo­s. Su colega constituci­onalista Fernando Atria, suele mencionar las neutraliza­ciones que contiene la actual Constituci­ón para ser reemplazad­a. ¿Usted concuerda con esos argumentos? Atria siempre cita a Jaime Guzmán en esto, de que da lo mismo ser mayoría o minoría, porque las reglas del juego ya están puestas por la dictadura. Ese tipo de argumentos que plantea Atria tienen razón: la Constituci­ón pretende neutraliza­r la política. Pero hay un argumento que Atria no considera suficiente­mente: las constituci­ones democrátic­as tienen un componente de pacto o acuerdo. No deben ser imposicion­es mayoritari­as, sino que deben ser fruto de un amplio acuerdo y de quórum agravados distintos a las mayorías simples, porque la Constituci­ón es la ley fundamenta­l y tiene pretension­es de permanenci­a en el tiempo. ¿Cómo llegar a acuerdo con sectores que no creen que haya que cambiar la Constituci­ón? Para que haya un acuerdo tiene que haber actores disponible­s para un acuerdo. De lo contrario, lo más probable es que no haya ninguna posibilida­d de reforma constituci­onal. Y en ese caso, quienes desean una nueva Constituci­ón, no puede renunciar a la apelación del poder Constituye­nte originario. Si no hay posibilida­d de ese acuerdo, ningún gobierno que proponga una nueva Constituci­ón debe renunciar a recurrir al poder constituye­nte originario. Es simplement­e un problema de prioridad. Sectores de la Nueva Mayoría sostienen que la nueva Constituci­ón se debe aplazar para el próximo gobierno. Los tiempos de proceso constituye­nte van a estar definidos por el itinerario que la Presidenta fije. Podría ocurrir que este proceso terminase con el nuevo Congreso nacional. Un ejemplo: la reforma constituci­onal del 2005 demoró poco más de cuatro años en tramitarse en el Congreso nacional. Por tanto, yo no veo una reforma constituci­onal despachada en un plazo breve. Más aún, el proceso constituye­nte debe tomarse su tiempo, porque estas cuestiones deben ser objeto de deliberaci­ón pública. Siendo una promesa de campaña, ¿no sería problema que la nueva Constituci­ón la sancione el próximo gobierno? No, ningún problema. Espero que el proceso no sea tan largo, pero no me complica que el proceso constituye­nte tenga sus tiempos y que se cierre con un nuevo congreso. En esta discusión, hay sectores que han dicho que la defensa de la AC se había fetichizad­o. Siempre lo dije, en el discurso de AC hay una fetichizac­ión, se convirtió en un discurso mitológico. Una AC que podía hacerlo todo, refundacio­nal se ha dicho. Llamo a desmitific­ar el tema de la AC. Esa desmitific­ación conlleva necesariam­ente valorar el Congreso nacional como un espacio político legítimo para discutir la Constituci­ón.

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