La Democracia Cristiana y el aborto
LA DEMOCRACIA CRISTIANA se ha visto fuertemente tensionada a raíz del proyecto de despenalización del aborto bajo tres causales que envió recientemente el gobierno. Destacados militantes han hecho ver que el partido ya fijó en 2007 una línea doctrinaria al respecto — durante su V Congreso Ideológico y Programático—, según la cual es contrario al llamado aborto terapéutico. Otros militantes han hecho ver que debe existir libertad de conciencia, e incluso agunas voces han solicitado que la postura se resuelva mediante un plebiscito.
Siendo el principal partido de la Nueva Mayoría, la Democracia Cristiana no ha logrado hasta ahora marcar una diferenciación ideológica relevante en las distintas reformas que ha impulsado el gobierno. Su rol se ha limitado a relevar “matices”, pero sin la capacidad de dejar su propio sello “moderador”. Por ello el tema del aborto aparece como uno de los pocos ámbitos donde cabría esperar que el partido marque una lí- nea diferenciadora.
La Democracia Cristiana ya definió una postura muy nítida en relación al aborto, tal como quedó plasmado en los acuerdos del V Congreso Ideológico. Al inicio del extenso documento, se hace una cerrada defensa del derecho a la vida. También se indica que “el aborto es un atentado al derecho a la vida de cada ser humano. Frente al llamado aborto terapéutico, postulamos que es innecesaria una legislación que abra las puertas a la definición desde el Estado acerca de cuáles seres humanos pueden existir y cuáles no”.
Frente a una definición tan categórica, y que fue aprobada por los propios militantes, llama la atención que ante el proyecto de aborto se busque desconocer este acuerdo doctrinario o plantear autonomía. Ello implicaría una renuncia a sus propios postulados que, además de debilitar al partido políticamente, la ciudadanía difícilmente podría comprender.