De Colchane a Iquique vía PSU
Angela Challapa estudió en Colchane. Fue la única de su liceo en dar la prueba para postular a la universidad y consiguió entrar a Sicología en la U. Arturo Prat.
ESTÁ ansiosa y preocupada por el desafío que en las próximas semanas deberá enfrentar. Angela Flora Challapa Ayavire, de 18 años, fue la única alumna del Liceo Técnico Profesional de Colchane que rindió la PSU y logró, con 547 puntos, matricularse en la carrera de Sicología de la Universidad Arturo Prat, en Iquique.
El cambio será radical. Pasará de convivir en un curso donde tenía apenas dos compañeros, a un plantel que ostenta varios cientos de estudiantes. Acostumbrarse al ritmo de una ciudad y al sistema de estudios de una universidad serán sus próximos desafíos.
Angela sabe que la tarea no será fácil, pero está dispuesta a enfrentar esas barreras. Hizo toda su vida en la localidad fronteriza de Colchane y, principalmente, en el poblado de Cotasaya, a unos 193 kilómetros de Iquique y a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar. En esa localidad reside con sus padres y sus cuatro hermanas, donde cuentan con menos de cinco horas de energía eléctrica al día y un muy limitado acceso a la tecnología. Allí, la mayoría de los residentes (20 familias) se dedican a la labores de gana- dería y comercio.
La futura universitaria, tras realizar sus estudios básicos en la Escuela Rural de Sibaya, cumplió su enseñanza media en el Liceo Técnico Profesional de Colchane, especializándose en mecánica automotriz. “Elegí mecánica pues no me gustaba la otra especialidad que había. Fui la única que rendí la PSU en el colegio, pues mis compañeros prefirieron tratar de buscar trabajo y juntar dinero para financiarse una especialización”, relata la joven.
Sabe que el resultado en la prueba y su ingreso a la educación superior son, por si mismos, un mérito. Sin embargo, no olvida que esos logros también son el efecto del trabajo de sus profesores. “En el liceo, aunque no tenemos mucho acceso a tecnología y hay limitaciones por las distancias, sí existe un gran esfuerzo de los profesores por entregarnos lo mejor de sus conocimientos. Ellos mismos me prepararon, hicimos ensayos que bajamos por internet, me aconsejaron y trabajaron conmigo”, recuerda Angela.
La alumna hace unos días se matriculó en Sicología de la Universidad Arturo Prat. “Siempre me gustó esa carrera, estar en contacto con las personas y analizar su comportamiento. Tengo confianza en que me irá bien, que podré salir adelante y ayudar a mi comunidad. Reconozco que tengo un poco de temor por los cambios que se avecinan. Vivir en la ciudad será muy distinto a estar en Cotasaya y Colchane, con mis padres y mis hermanas. Espero poder acostumbrarme”, señala.
Durante su permanencia en Iquique, Angela Challapa alojará en un hogar para alumnos de comunas rurales. Los aranceles de su carrera serán financiados a través de una Beca de Excelencia Académica y la diferencia será asumida por sus padres. “Mis papás harán un gran esfuerzo por pagarme parte de la carrera, más aún cuando viene otra hermana en camino”, cuenta.
La estudiante también se da tiempo para expresar su visión de la si- tuación y los problemas de la educación en zonas alejadas. “No tenemos la opción de acceder de manera equitativa a avances tecnológicos. Tengo la sensación que en las zonas rurales somos como invisibles. Ojalá las autoridades de educación tomaran más en cuenta lo que pasa en estos colegios, pero que esto mismo se hiciera también en salud y en los servicios”, subraya la joven.
El Liceo Técnico de Colchane contó el año pasado con una matrícula de 138 alumnos, ofreciendo las especialidades de mecánica automotriz y t é c ni c o en a t e nci ón de párvulos.