La Tercera

Los números rojos del Transantia­go

Desde su implementa­ción, el sistema de transporte en Santiago ha utilizado más de 11 mil millones de dólares en subsidio. Si bien se dice que gran parte del subsidio cubre la tarifa escolar, expertos aseguran que en realidad sería para la operación.

- Valentina Mery

Tras ocho años desde su implementa­ción, el Transantia­go sigue siendo uno de los temas más complicado­s para el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Con un nivel de desaprobac­ión del 78%, según la última encuesta Adimark, el sistema de transporte público capitalino se ubica en el segundo lugar de los temas que más mal manejo han tenido, luego de la delincuenc­ia (81%).

Un estudio de elaborado por Alto Evasión reveló esta semana que anualmente se pierden alrededor de US$ 415 millones producto de la evasión, representa­ndo más de la mitad del subsidio estatal que recibe el Transantia­go. Esto evidencia la difícil situación financiera de las empresas concesiona­rias.

Cada año, el Transantia­go recibe un subsidio aproximado de US$ 725 millones (cerca de $450 mil millones), lo que se replica en regiones con una cifra similar producto de la Ley Espejo. Este subsidio fue creado para compensar los menores pagos que realizan los estudiante­s y mantener un nivel tarifario estable para los usuarios.

Para el experto en transporte­s de la Facultad de Ingeniería de la Universida­d Diego Portales, Louis de Grange, el subsidio a este medio de transporte, correspond­ería a los gastos operaciona­les del sistema y no al subsidio para los estudiante­s como se explica. “Decir que la mayor parte del subsidio es para los estudiante­s es una mentira. Es para los costos de operación de desaprobac­ión tuvo el Transantia­go en la última encuesta Adimark, ocupando el segundo lugar, luego de la delincuenc­ia. de los buses. Así de simple”.

Según el experto, los estudiante­s siempre han sido subsidiado­s. En el caso de las micros amarillas también pagaban un tercio del pasaje adulto. Sin embargo, este recaía en el pasajero adulto, subsidiand­o así al pasaje escolar. “Cuando empezó el Transantia­go, en 2007, los estudiante­s también pagaban un tercio y no había subsidio. Cuando empiezan a decir que el subsidio operaciona­l es bajo y que gran parte va a los estudiante­s o a la infraestru­ctura de Metro, eso es falta de honestidad intelectua­l en la discusión”, añade De Grange.

Tal como se señala en la memoria anual del Directorio de Transporte Público Metropolit­ano, durante el año 2013 el sistema tuvo pérdidas que alcanzaron una cifra Millones de dólares recibe de subsidio anualmente el sistema de transporte en Santiago. La misma cifra se replica en regiones con la Ley Espejo. negativa de $ 363.361 millones antes de la aplicación del subsidio (ver infografía).

En cuanto a los egresos que se distribuye­ron a los distintos entes del sistema, un 68% se lo llevaron los concesiona­rios de buses, el 23% Metro de Santiago y un 8% los prestadore­s de servicios complement­arios. “Si casi un 70% va a los buses, donde no pagas infraestru­ctura, es evidente que la mayor parte del subsidio es para los costos de los buses”, añade de Grange.

Según el director de la escuela de transporte y tránsito de la U. Tecnológic­a Metropolit­ana, Alvaro Miranda, el sistema de transporte­s en Santiago es un “saco roto” que no tiene solución. “Este es un sistema que claramente no beneficia a nadie, lo único que hace es Mil millones de pesos perdió el sistema durante el 2013, como resultado operaciona­l; es decir, 22 mil millones más que la cifra final del 2012.

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