Programa de gobierno
tre los internos y el 14% por suicidio.
La Primera Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Penitenciaria realizada por la Unidad de Derechos Humanos de Gendarmería de Chile (2014), única en su tipo y pionera en Chile, observa que los atropellos a los derechos humanos que sufren tanto hombres como mujeres en las cárceles son graves. Por ejemplo, el 21,1% de los internos reportó haber sufrido tortura, cifra que en algunas regiones es más alta.
Este tipo de noticias no parece llamar la atención, pese a que son habituales. Esto es lamentable; si el problema sigue sin solución, es porque no es prioridad para la clase política. Privar de libertad a quienes han cometido delitos no es lo mismo que cercenar su dignidad humana. Señor director: Ante la recomendación que hizo la OCDE a Chile respecto de la reforma laboral, de “reducir la indemnización por despido de trabajadores regulares y fomentar la formalización del empleo”, la autoridad se limitó a responder que ese asunto no estaba en el programa de gobierno. ¿Es esa una causal excluyente? Creo que la protección a los trabajadores y sus libertades son una buena razón para reevaluar lo que en un comienzo se consideró como plan de acción.
Si las autoridades guiaran sus conductas buscando ese interés (la protección de los trabajadores, de su libertad sindical y “emparejar la cancha”), el proyecto de ley no sería lo que es y las conductas y respuestas del gobierno también serían distintas. que ha entregado la Municipalidad de Santiago en cuanto al proceso participativo que realizó para el desarrollo del futuro Museo Humano del Parque San Borja. Su principal sustento dice relación con seis mil firmas recolectadas por un grupo de vecinos en contra de un proyecto que, claramente, es un beneficio para el sector debido al aporte cultural que entregará la presencia de la obra del escultor Mario Irarrázabal. A eso se sumará la mejora integral del entorno de esa área verde y una serie de reordenamientos internos que permitirán dar un salto de calidad de un espacio único de la ciudad, pero siempre preservando y respetando la vida barrial. Pero esas firmas han sido tomadas en base a información errónea: se talarán árboles, se pondrá más cemento, se espantará a los animales y se intervendrán las napas subterráneas. Nada de eso es real, es más, es completamente al revés. Aumentará la masa arbórea, se delimitarán las áreas de pavimentos duros y blandos en superficie y el pabellón de esculturas será subterráneo.
Como concejal, me preocupa la situación que se vive. El proyecto debe ser socializado nuevamente, considerando que resta la fase final de diseño, por lo que las sugerencias de vecinos y usuarios serán tomadas en cuenta nuevamente. Ahora mi mayor preocupación dice relación con algo que ha sido bastante claro en los últimos días: la manipulación por parte de la derecha hacia un pequeño grupo de vecinos descontentos por largos años. Quiero recordar que fue precisamente esa coalición política, que gobernó por 12 años, la que lanzó al olvido el Parque San Borja y la condenó a serios deterioros, tal como sucedió con el Cerro Santa Lucía y una larga lista de íconos patrimoniales que hoy la actual administración busca recuperar.