La Tercera

Colo Colo sufrió, pero se ganó La Portada

El equipo de Héctor Tapia se impuso por 2-1 a Antofagast­a, con un gol de Felipe Flores, a cuatro minutos del final. En el elenco albo, que ya se metió en los primeros lugares, regresó Jaime Valdés y debutó en este torneo Julio Barroso

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En la reja y sin camiseta. De esta manera, a los 86’, el delantero Felipe Flores celebró el gol que el dio el triunfo a Colo Colo por 2-1 ante Antofagast­a

Una victoria con la que los albos aumentaron a cuatro la racha de celebracio­nes consecutiv­as en el Clausura y en la que participar­on Jaime Valdés y Julio Barroso, quienes retomaron sus lugares en el equipo titular.

Ambos necesitaba­n ganar, los dos con objetivos diferentes, uno presionado para seguir zafando del descenso y el otro para seguir escalando. Colo Colo estrenaba su equipo estelar, su team festivaler­o, con todas sus estrellas rutilantes a disposició­n del espectácul­o. Antofagast­a, con diferentes temperatur­as, gozaba de triunfos y sufría con derrotas impensadas bajo la espada de Damócles que no deja de bambolear sobre su cabeza.

Héctor Tapia no se atrevió al cambio de esquema y re-

En el caso de Barroso, la ausencia fue más larga y polémica, ya que fue el debut del zaguero en el campeonato, después de la suspensión por sus polémicas declaracio­nes cuestionan­do la transparen­cia del anterior certamen nacional.

El acierto de Valdés

Durante el primer tiempo, Antofagast­a logró inquietar en un par de oportunida­des a la defensa alba, pero los Pumas definieron muy mal o se encontraro­n con Justo Villar, como con un tiro de Marcos Bolados, que controló el arquero paraguayo a los cuatro minutos.

Colo Colo respondió con un cabezazo de Barroso, a los 8’.

El Cacique aprovechab­a la cancha que le entregaba Antofagast­a, pero tampoco lo graba definir.

Pero en el minuto 25’ , Valdés, quien regresaba luego de superar una lesión, fue más acertado. Con un potente y preciso remate desde mucha distancia anotó la apertura de la cuenta.

Los locales debieron salir de su habitual esquema, en el que ceden terreno, para buscar al empate, pero cuando lograron llegar al área rival, nuevamente se encontraro­n con Villar, mientras que en el otro arco, Rodrigo Riquelme sacó en la línea un gol de Esteban Paredes.

Con la ventaja en el marcador y en el juego, aunque sin brillar, Colo Colo parecía en- incidió con línea de cuatro. Contrarian­do el manual, los mejores se impusieron a los adecuados. Los damnificad­os fueron Leonardo Cáceres y Claudio Baeza. Y desde allí se forjó la victoria, desde la jerarquía que traspasa la historia que, a pesar de todo, pesa e impone respeto.

Colo Colo se sintió cómodo desde el principio, pero la batalla se fraguó con una defensa dubitativa, superable y muchas zozobras. En el mediocampo bajo la batuta de Valdés y Pavez, con el auxilio de Suazo, se adueñaron del balón y los espacios. En caminado a una victoria tranquila.

Cambio de esquema

Pero en el segundo tiempo, los nortinos no se demoraron mucho en complicarl­es la vida a los albos.

A los 47’, Marcelo Aguirre exigió a Villar y tres minutos después, en una pelota detenida, llegó el empate para el cuadro anfitrión.

A los 50’, con un preciso cabezazo tras un tiro libre, Francisco Alarcón marcó el empate para el elenco de José Cantillana.

El tanto no sólo sorprendió al equipo de Héctor Tapia, sino que además lo nubló, ya que no encontraba la fórmu- la para volver a superar el arco de los Pumas.

En ese escenario, el entrenador albo recurrió al siempre mencionado “trabajo de la semana”.

El DT probó durante los entrenamie­ntos una línea de tres para ser utilizada si el trámite del partido lo hacía necesario, como explicó después Barroso.

A los 69’, Tapia sintió que eso era necesario. Ordenó el ingreso Emiliano Vecchio por Humberto Suazo, quien no extendió la mejoría futbolísti­ca que había mostrado la fecha pasada, y entró Leonardo Cáceres por Juan Delgado, para formar la zaga junto a Barroso y Christian Vilches.

En los locales, los movimiento­s buscaron cuidar el empate, quizás pensando que por la tabla del descenso era mejor asegurar un punto y dejar a la voluntad del contragolp­e la opción de lograr una mejor cosecha.

Y el conjunto de Cantillana estaba logrando su objetivo. Los albos no podían, necesitaba un salvador... Y lo encontraro­n.

A los 86’, Gonzalo Fierro saca un remate tan desviado que le cae a Felipe Flores, quien define muy bien, con un zurdazo para conquistar el 2-1.

Por lo trabajado del partido y quizás por su propia historia en el torneo, Flores celebró eufórico. Corrió hasta la reja, se sacó la camiseta y ce- lebró con los hinchas.

El mismo delantero a la que antes del campeonato le abrieron la puerta para que dejara el club, no sólo se ha ganado otra vez un lugar en la formación titular, sino que ha logrado un buen nivel.

En los otros duelos destacó por sus habilitaci­ones, pero esta vez el premio era para él.

Con el triunfo, además, los albos ya se metieron en la lucha por los primeros lugares, con 13 puntos.

Así, parece lejano el momento crítico, en el que Colo este terreno quien dice técnica, dice control y dominio.

Los laterales volantes Fierro y Beausejour vieron clausurado­s sus surcos en busca del centro-gol. Delgado, Paredes y Flores siempre pintarraje­ados de gol destiñeron bajo la implacable marca nortina. Ocasiones perdidas no los eximen de su ineficacia.

Antofagast­a en lo suyo, con sumo respeto por el rival, pero osando hacer daño por la individual­idad de sus atacantes Bolados y Martínez y uno que otro descuelgue de sus volantes Aguirre o Ca- Colo no encontraba ni el juego ni los resultados.

Ahora, la mente de Tapia y sus jugadores se enfoca en otro tipo de desafío. El próximo miércoles reciben a Atlético Mineiro en el Monumental.

Una exigencia mayor, pero a la que llegan con la confianza de haber retomado el rumbo en el torneo local, con cuatro victorias seguidas. La última, con sufrimient­o, pero en el fútbol dicen que a veces esas victorias son las que más se disfrutan. brera. Cada ataque se transforma­ba en casi gol. Villar respondió a carta cabal, demostrand­o su rentabilid­ad.

Y llegó el gol por el único medio posible, el remate de media distancia, un misil de Pajarito Valdés tras un tiro libre antirregla­mentario no apreciado por el juez Gamboa.

En el segundo lapso, apareció otro Antofagast­a, apretó a los volantes albos e intentó cortar los circuitos y a los 49 min apareció la recompensa con un testazo de Alarcón.

Colo Colo perdió la supremacía del medio campo y se

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