A una semana de Viña 2015
su parte Leo Rey. “Nos tenía complicados la negociación por este asunto de Arjona, estuvimos con la incertidumbre hasta último minuto, así que estuvimos preocupados todo el día con eso en vez de disfrutar el hecho de volver a la Quinta Vergara por segundo año consecutivo”.
Finalmente, La Noche subió a escena sin problemas, y tras su show, el equipo de Hernández tuvo una tanda comercial de sólo doce minutos para montar la mastodónica puesta en escena del autor de Historias de taxi, que si- mulaba un barrio completo. Este terminó su show cerca de la 1 de la madrugada, y tras esto el recinto se vació. De hecho, Fanny Lu y la competencia cerraron ante un “Montruo” reducido a poco más de 100 personas.
“Después me tocó ir a apoyar a Fanny Lu, que estaba con depresión porque cuando cantó no había nadie en la Quinta. En todo caso, fue la primera vez que terminábamos tan temprano, como a las 2 de la mañana”, dice Diuana. El productor general tiene una visión más enfática, lejos del mote de “yeta” con que muchos han asociado a Arjona y los movimientos telúricos: “Efectivamente él pidió el cambio, y con eso hizo que al menos 2 mil personas salieran vivas de la Quinta Vergara”.
El teléfono de Iván
El terremoto de las 03:34 encontró a todos los protagonistas esparcidos en diversos lugares. Mientras la animadora Soledad Onetto lo tuvo que soportar dentro de la Quinta Vergara, Arjona había llegado dos minutos antes -viá helicóptero- a la suite presiden- cial del Hotel W en Santiago. Según él mismo relató después, nadie lo reconoció cuando fue evacuado a la Plaza Perú, tal vez por el shock.
Pero para buena parte de los artistas que aún seguían en Chile, y del equipo realizador, el sismo se vivió en sus hoteles en Viña. En el hotel Sheraton Miramar, epicentro del jet set festivalero, hubo diversas escenas. La mayoría recuerda a Anahí, la ex RBD, muy conmocionada y alterada por lo ocurrido, así como el rol de “telefonista” que asumió Iván Zamorano en el lobby del recinto, emulando su tradicional tarea en cada Teletón.
Una integrante del equipo que trabajó con Fanny Lu rememora haber pasado el sismo con ella en una pieza, y luego haber sido socorrida por el propio Leo Rey en las escaleras de emergencia del Sheraton. El cantante recuerda su accionar con humildad: “Recogí gente del suelo y le indiqué la salida a un par de personas”.
Solange Diuana grafica el shock generalizado con una anécdota: “Me encontré con la Sigrid Alegría, que era jurado ese año. Pese a que es- taba embarazada, me preguntó si seguía en pie la reunión que teníamos al otro día con la alcaldesa... súper matea, jajaja”.
Lo que no sabía la actriz era que, a esa hora, el equipo liderado por Hernández ya había decidido cancelar la última noche del evento, en la que se presentarían Beto Cuevas, Los Jaivas y Los Fabulosos Cadillacs. “Eso se resolvió durante la madrugada. Llamamos a la alcaldesa, nos juntamos con ella en una reunión de emergencia y se hizo un decreto especial para terminar el Festival”, detalló el productor, quien a partir de ese momento encabezó un protocolo de emergencia que se extendió por más de diez días.
Con carreteras destruidas y vuelos cancelados, muchos artistas fueron enviados en un charter a Miami, mientras otros fueron trasladados a Santiago. “Todo el proceso duró dos semanas. Un hotel de Vitacura, que aún no se inauguraba, sirvió como centro de operaciones y alojó a managers y a artistas como Beto Cuevas”, contó Hernández, actualmente a cargo de otro festival para Canal 13, el de Antofagasta.
El próximo domingo comienza una nueva versión del Festival de Viña del Mar, y su primera noche tendrá sobre el escenario de la Quinta Vergara a dos puertorriqueños, el baladista Luis Fonsi y el reggaetonero Yandel. Nuevamente, Rafael Araneda y Carolina de Moras serán los anfitriones de las seis noches. Esta será la quinta vez de él, mientras que ella animará por segunda vez el certamen.
Este año, la alcaldesa y la organización decidieron no entregar antorchas, sólo Gaviotas, de oro y de plata. Esta determinación se tomó a raíz de las variadas críticas que hacía la prensa y el público por la gran cantidad de premios entregados a los artistas. “Lo que pasó con la antorcha es que fue perdiendo valor en el tiempo y llegó a ser un testimonio de la presencia del artista en el escenario. Las gaviotas sí tienen ese estatus”, explica Alex Hernández, director televisivo del Festival.