Rendición de cuentas
Señor director: Las autoridades que ejercen funciones en el Estado deberían disponer de legitimidad a partir de su desempeño o por el imperio democrático. De este modo, los funcionarios del Estado tendrían que rendir cuentas a aquel agente de quien emane su autoridad para disponer de recursos públicos. Los cargos electos se deben a sus votantes y aquellos designados a sus superiores jerárquicos o a los organismos de control administrativo, judicial o político que contempla nuestra legislación. Todo esto permite que el ejercicio del poder público no se traduzca en acciones arbitrarias y que los recursos fiscales no se utilicen para el aprovechamiento individual.
Los casos del señor Dávalos y de los legisladores acusados de financiar irregularmente sus campañas demuestran que nuestra estructura de rendición de cuentas debe perfeccionarse para ajustarse a los requerimientos de una democracia moderna. Las funciones que hasta su renuncia ejercía Dávalos aparentemente están al margen del control al que las autoridades políticas y administrativas quedan sometidas. Mientras que los legisladores vinculados al caso Penta siguen legislando aun cuando existen intereses involucrados de aquellos que financiaron sus campañas.
Esta situación debería ser corregida de acuerdo a los más altos estándares de transparencia y probidad en la función pública. invertir más en capital humano, para seguir mejorando la infraestructura de los colegios y su normalización, mejorar los servicios de transporte escolar, desarrollar actividades artístico culturales, y otras medidas que permiten reforzar la educación pública municipal.
No hay tiempo que perder. Queremos que las familias nos elijan por nuestras virtudes y no que se vean obligadas a escogernos por la falta de oferta educativa. Déjennos ponernos los patines y verán como corremos.