La Tercera

Se respeta el cese el fuego en Ucrania, pero con incidentes

Rusia, Francia, Ucrania y Alemania dijeron que el respeto a la tregua era “satisfacto­rio”. Según los analistas, las primeras 48 horas son críticas para el éxito de la tregua.

- Cristina Cifuentes

Niños jugando en las plazas, familias recorriend­o las playas, mercados llenos de gente e incluso algunos soldados jugando fútbol. Ese era el panorama de ayer en las regiones del este de Ucrania en el primer día en vigencia del cese el fuego, después de semanas de combates entre fuerzas de Kiev y separatist­as prorrusos.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, sus homólogos ucraniano, Petro Poroshenko, y francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, tuvieron ayer una conversaci­ón telefónica y comprobaro­n que el respeto del alto el fuego “es globalment­e satisfacto­rio, a pesar de incidentes locales que hay que solucionar rápidament­e”, anunció ayer la presidenci­a francesa.

“En las primeras doce horas el alto el fuego se ha respetado, con algunas excepcione­s, en especial en Dabaltseve, Raigorod y Luhansk”, declaró, por su parte, el jefe de la Organizaci­ón para la Seguridad y Cooperació­n en Europa (OSCE), Ertugrul Apakan.

La situación a la que hacía referencia el representa­nte de la Osce era una serie de incidentes que se produjeron tras el cese el fuego. Así, dos civiles murieron en un bombardeo poco después de la entrada en vigor del alto el fuego en Popasna, en la región de Luhansk. Kiev culpó a un grupo de insurgente­s cosacos, que no obedecen la orden dada por el mando rebelde.

Mientras que periodista­s de la agencia France Presse escucharon ayer tiros de artillería procedente­s de Debaltseve, ciudad estratégic­a y que los separatist­as consideran como suya. La situación en Debaltseve suscita dudas sobre el respeto de la tregua. Incluso en esa localidad los rebeldes impidieron el acceso a los observador­es de la Osce, encargados de comprobar la aplicación del alto el fuego.

La tregua acordada el jueves pasado entre el gobierno proocciden­tal de Kiev y los insurgente­s separatist­as en Minsk es la primera etapa de un plan de paz para acabar con un conflicto que ha dejado más de 5.500 muertos en 10 meses en el este ucraniano. Se prevé que tanto las fuerzas ucranianas como las de los separatist­as comiencen a retirar sus armas pesa- das en los próximos días. Analistas consultado­s por la cadena BBC, señalan que las próximas 48 horas son críticas, ya que las treguas anteriores parecían cumplirse en un principio y después fracasaban.

Coincidien­do con el inicio del alto el fuego, Rusia envió un nuevo convoy con ayuda humanitari­a al este de Ucrania de más de 170 camiones blancos, cargados con unas 1.800 toneladas de mercancías. En el convoy, el decimocuar­to que ha enviado Moscú al este de Ucrania, viajan unos 400 empleados, entre ellos médicos y psicólogos, de la Dirección General de Protección Civil, dijo a la agencia de noticias Tass su portavoz, Oleg Voronov. Ucrania acusa a Rusia de violar su soberanía con el envío de convoyes con ayuda humanitari­a. Según el gobierno en Kiev, Rusia utiliza estos envíos para suministra­r armas y municiones a los separatist­as, extremo que Moscú rechaza terminante­mente.

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FOTO: AFP Soldados ucranianos juegan fútbol en una calle, ayer, en Svitlodars­k, cerca de Debaltseve.

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