“Aquí está en juego el concepto de impunidad”
¿La llamada Marcha del Silencio fue solo una manifestación para exigir que se aclare la muerte de Nisman o terminó englobando otras demandas? La marcha convocada por los fiscales se transformó en un catalizador de los reclamos subyacentes en la sociedad argentina. Desde que la democracia fue reestablecida en diciembre de 1983, Argentina ha vivido crisis económicas y políticas, algunas de gravedad, como fueron las de 1989 y 2001. Pero ahora, el país vive una crisis institucional, a partir de la denuncia y la muerte del fiscal Nisman. Está en juego no sólo la división de poderes, sino el concepto de impunidad. ¿Considera que el caso del Alberto Nisman está unificando a la oposición argentina? Las adhesiones que ha logró el 18-F muestran que la marcha alcanzó a la casi totalidad del arco opositor, tanto político como sectorial. Adhirieron y participaron en la marcha, los dos candidatos presidenciales opositores con más intención de voto (Mauricio Macri y Sergio Massa), al igual que los provenientes del hoy desarticulado Fau-Unen (Hermes Binner, Elisa Carrió, Julio Cobos y Ernesto Sanz). En casi 12 años de gobierno kirchnerista, la oposición no tuvo una convergencia de esta amplitud. Sondeos difundidos esta semana mostraron que cuatro de cada cinco están de acuerdo con que la marcha se haciera y hay tres que descreen de las interpretaciones del gobierno en el caso Nisman, por cada uno que las cree. ¿Qué le queda al gobierno K frente a estas movilizaciones? La respuesta del oficialismo frente a la pérdida de la calle y la opinión pública, será mostrar que mantiene el poder político, aunque la justicia es la que determinará la evolución de esta crisis. Una muestra de eso es que el mismo día de la marcha, la Presidenta acompañada de todo su gabinete y varios gobernadores, pusieron simbólicamente en marcha las obras de la cuarta central nuclear (Atucha II) en Zárate.