Masiva movilización en Argentina
A UN mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien investigaba el eventual encubrimiento del gobierno de Cristina Fernández a los responsables del atentado a la AMIA perpetrado en 1994, se realizó el miércoles en la Plaza de Mayo de Buenos Aires una concurrida manifestación denominada “La marcha del silencio”. La movilización convocada por los fiscales en recuerdo del fallecido funcionario judicial, deja de manifiesto el profundo malestar que siente un sector mayoritario de la sociedad argentina por la crisis institucional que afecta a ese país, y que se expresa en este clamor ciudadano que exige un esclarecimiento de las circunstancias que provocaron el deceso del fiscal.
Esta movilización -que se realizó en varios puntos de Argentina y en diversas ciudades de otros paíseses también un reflejo de la desconfianza de la población con el actual gobierno y con el sistema institucional de ese país. Un ejemplo de ello es que cerca de un 60 % de los argentinos culpa directa o indirectamente al Ejecutivo de la muerte de Nisman. Percepción que ha sido alimentada por las críticas que la Casa Rosada ha deslizado a la labor del Poder Judicial y su actitud confrontacional con quienes decidieron manifestarse de manera legítima y pacífica.
Resolver la muerte del fiscal Alberto Nisman, como lo sucedido hace 20 años en la mutual judía de Buenos Aires, resulta imperioso para poder revertir este proceso de deterioro institucional. Al apostar por una estrategia del “empate” o al desplegar un discurso que ahonda las divisiones, la Presidenta Cristina Fernández sólo acrecentará el aislamiento de su gobierno (sintomático, en ese sentido, es la unidad opositora que ha generado el caso Nisman). Es de esperar que la repercusión internacional de este episodio contribuya a que ambas investigaciones avancen. No hacerlo terminaría debilitando aún más el complejo escenario que enfrenta esa nación.