Producciones nacionales y turcas
Señor director: Los canales abiertos de la televisión chilena que tienen producciones nacionales de telenovelas rasgan vestiduras y protestan contra series turcas como “El Sultán”, y antes, “Las mil y una noche”, porque quitan rating y amenazan con cesantía a los actores.
Pero les falta autocritica: la gente se ha cambiado a este tipo de telenovelas en la tarde y en el horario nocturno porque tocan temas universales, no abusan del sexo y omiten el garabato. Siendo optimista, una crisis es una oportunidad de corregir el camino. lo que los une a sus orígenes y la sociedad de acogida. Se trata de un trabajo perseverante para forjar un
en donde la nacionalidad no sea un criterio excluyente, sino un elemento reconocedor de la adscripción a distintas culturas. Este es el signo de los nuevos tiempos.
Hay voces que han alertado sobre la experiencia europea y el tratamiento de asuntos migratorios y su descendencia. Por muchas razones, el caso chileno no puede asimilarse a dicha experiencia. Con todo, debemos estar alertas en la búsqueda de armonía comunitaria, con la mirada puesta en la construcción de una sociedad justa y pluricultural.
La experiencia con las comunidades descendientes de la inmigración europea y árabe del siglo XIX y XX ha sido exitosa. Sus descendientes, hoy en tercera y cuarta generación, han mostrado un proceso positivo de integración, aportando al desarrollo en variados ámbitos. Eso sí, en estos grupos comunitarios se impuso una tendencia hacia la “chilenización”, como consecuencia de la necesidad de vigorizar el incipiente estado-nación. Ese enfoque debe ser reemplazado por la búsqueda de cohesión pluricultural, sin que eso signifique perder la visión de nación unitaria.
La identidad nacional debe salir fortalecida con el reconocimiento de la diversidad.