EL TÉCNICO
No hay caso con Arsenal. La fragilidad futbolística y especialmente sicológica volvió a quedar de manifiesto en una instancia decisiva. Esta vez ante Mónaco en la ida de los octavos de la Liga de Campeones, cayó en casa por 3- 1 e hipotecó buena parte de su suerte en el torneo.
Ni siquiera la posibilidad de contar con el equipo estelar ayudó a Arsene Wenger para dar una señal de contundencia. Nuevamente, como viene sucediendo en los últimos años, Arsenal no estuvo a la a l t ura de las circunstancias y volvió a dejar muchas dudas con respecto a su real capacidad para enfrentar a rivales de elite.
Alexis Sánchez, de pocas luces en el último tiempo producto de problemas físicos, no bastó tampoco para torcer la historia de un equipo que viene acumulando decepciones por montones. El chileno extendió de paso su sequía goleadora. Ya van 46 días sin festejar un tanto.
Mónaco, que en el papel lucía como un rival propicio para soñar con una clasificación a los cuartos de final, especialmente por el rendimiento que exhibe en la liga francesa, aprovechó cada uno de los regalos que le brindó Arsenal. Incluso, “Fue una noche horrible. La tarea ahora es enorme para nosotros” “El tercer gol nos ha puesto complicada la revancha; pero aún tenemos una oportunidad”