Es la respuesta a cinta la homónima de 1915, una defensa del Ku Klux Klan.
Cuenta la historia de la lucha detrás del primer matrimonio interracial legalmente aceptado en EEUU.
antirracista. Incluso en ese contexto, su llegada a los cines del país puede perfectamente ser antes, en la medida que se desarrolle la temporada de galardones. Desde su estreno en Sundance ha causado bulla, revuelo y admiración, logrando en esa instancia el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público. También fue la cinta por la que se hizo la transacción más onerosa: Fox Searchlight pagó 17 milllones y medio de dólares por los derechos de distribución mundial.
Dirigida, producida y protagonizada por Nate Parker, cuenta la historia de rebelión del predicador afroamericano Nat Turner y su grupo de esclavos en agosto de 1831. El caso ocurrió en el mismo estado de Virginia del matrimonio de los Loving, aunque algunos kilómetros más al sur, en el condado de Southampton. Enfática y política, El nacimiento de una nación
es la primera película como director del actor afroamericano Nate Parker, que aquí es Nat Turner, el esclavo que en agosto de 1831 lideró una rebelión contra una serie de terratenientes en diferentes plantaciones de Virginia. Educado por su propio amo con el objetivo de mantener a raya a la población de peones afroamericanos, Turner aprendió rápidamente los deberes y derechos de los ciudadanos, se empapó de los valores humanistas del cristianismo, desechó el oscurantismo que también podía albergar la Biblia y en apenas tres meses logró despertar la alarma, el temor y luego el odio de los blancos. Como resultado de estas batallas campales (la película ha sido comparada con Corazón valiente por las escenas de confrontamiento), hubo 65 bajas blancas y 200 negros asesinados, muchos de ellos víctimas inocentes de la inusual conflagración. A Turner y sus seguidores los colgaron en noviembre de ese año.
La película es un pequeño polvorín y su trama es la que tiene los más inmediatos ecos con los últimos choques raciales en EEUU. Está hecha explícitamente para llamar al debate (y tal vez la acción) y su título es una bofetada a la cinta de Griffith que Nate Parker llama “no sólo instigadora de grupos terroristas como el Ku Klux Klan y la carnicería contra la población de ascendencia africana, sino que la película fundacional de la industria del cine tal como se conoce hoy”.
Al lado de El nacimiento de una nación, The free state of Jones más bien puede parecer un filme de aventuras. La cinta protagonizada Matthew McConaughey, un actor sureño que jamás ha perdido el acento, es la historia de Newton Knight, soldado confederado del condado de Jones, en el estado de Mississippi. A medida que los sureños de la Confederación van perdiendo la guerra con los norteños de la Unión y en la medida que Knight comprende que la causa de la esclavitud por la cual arriesga su vida es una miserable e indigna forma de existir, decide rebelarse y conformar una banda de forajidos. Habrá desertores, negros, blancos, esclavos y negros libres, que es como se llamaba a los ex esclavos en algunas partes del país. Se refugian en el pantanoso condado de Jones, en el noreste de Mississippi y forman su propio gobierno libre. Aquel es el estado libre de Jones, un territorio de aparente fraternidad donde Knight se empareja con una chica negra y tiene un hijo. La película incluye también pasajes ambientados en los años 40 del siglo XX, cuando el gran tataranieto de Knight, un mestizo con un 15 por ciento de sangre negra en sus venas no puede casarse con su novia blanca de acuerdo a las leyes raciales del estado de Mississippi. Es casi la misma historia de Loving y en este eterno retorno de imposturas étnicas, la película de Jeff Nichols se une a la de Gary Ross, dejando a la de Nate Parker como un grito solitario de reyertas de blancos contra negros.b