La Tercera

Proyecto de educación superior

-

Señor director:

Para aportar con seriedad al de bate sobre la educación, comparamos la promesa hecha al país en el programa de gobierno con el proyecto de reforma a la educación superior. Al hacerlo concluimos que no es la falta de dirección sino la escasa profundida­d lo que genera inquietud. Todos los tópicos programáti­cos están presentes en el proyecto de ley enviado al Congreso.

Como desde los gobiernos concertaci­onistas anteriores había muchos asuntos pendientes de reformar, la Nueva Mayoría pidió al país dos cosas: triunfar ampliament­e en la elección presidenci­al y obtener mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado. Con ello se avanzaría más rápido al poder saltar el cerco constituci­onal y de quórum heredado. El país creyó, otorgándol­es ambas cosas.

A la luz de la contradicc­ión entre la promesa programáti­ca y el proyecto, hay dos opciones. Una es que el gobierno haya actuado sintiéndos­e minoría, por lo que envió un proyecto que no refleja la profundida­d de sus promesas. Otra opción es que el proyecto no tenía la profundida­d esperada, porque al interior del gobierno la promesa de educación superior gratuita hecha al país tampoco tendría mayoría; es decir, no habría unidad respecto del programa. Aquello resulta evidente. Si bien el estado de la economía en el mundo, la ralentizac­ión que implica y la baja recaudació­n de impuestos pueden explicar la gradualida­d, no explican la falta de convicción y profundida­d.

Es vital que en la etapa legislativ­a en que se encuentra el proyecto tengamos la altura para avanzar en las soluciones que el país demanda para su desarrollo, a mediano y largo plazo. sexo, se necesitan propuestas de definición que hasta ahora “no he visto”.

Si las buscara, las vería. Hay un conjunto de legislacio­nes que han modificado la definición tradiciona­l de matrimonio para incluir a dichas parejas: Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Holanda, Noruega y, para no ir tan lejos, Brasil y Argentina, entre otras. Y en Chile hay varias circulando hace un tiempo.

Daniel Mansuy reclama fundamenta­ción racional, al tiempo que afirma la inexistenc­ia de propuestas de definición para el matrimonio igualitari­o. Esto sugiere una dimensión débil de la racionalid­ad: una puramente estratégic­a para eludir la cuestión de fondo, que no es semántica, sino moral y política. el poder y los recursos al Estado.

Confío en las personas y sus asociacion­es; creo que cada persona debe ser libre de planificar su jubilación, pudiendo escoger cuánto, cuándo y dónde ahorrar. Rechazo, por tanto, que las AFP sean el único tipo de institució­n administra­dora de fondos, así como también que decida el monto de las pensiones.

Si los fondos son nuestros, ¿por qué no ser libres de retirarlos completame­nte al llegar la edad de jubilar? son personas, por lo que no todos tendrían el mismo estatuto ontológico y ético, lo que derivaría en tratos diferencia­dos en el orden jurídico, conlleva una serie de respuestas prácticas a problemáti­cas que se presentan al inicio y al final de la vida, entre ellas la despenaliz­ación del aborto.

Otorgar un carácter racional a esta visión del ser humano por un supuesto fundamento científico es, al menos, cuestionab­le. Efectivame­nte hay caracterís­ticas de la persona que la develan, como la conciencia y la reflexión, pero no dejan de ser caracterís­ticas referidas a la personalid­ad y no al ser constituti­vo propio de la persona. Si sólo nos guiáramos por las expresione­s de la persona para reconocerl­a como integrante de nuestra comunidad moral, habría muchos seres humanos que no calificarí­an para ser considerad­os sujetos de derecho.

La ciencia, a diferencia, de lo que la académica afirma en su carta, ha ido dando indicios de individual­idad del ser humano en estados de desarrollo cada vez más tempranos. Sin perjuicio de ello, es muy aventurado esperar que la filosofía o el derecho infieran, desde ahí, cuándo un ser humano es persona; claramente, es mucho más complejo que eso.

Las respuestas que necesitamo­s son razonables (es decir, que se ajusten a la razón) y no es razonable que un ser humano que no pueda expresar caracterís­ticas personales en un momento determinad­o de su vida, sea inmediatam­ente considerad­o ética y jurídicame­nte en un nivel inferior que lo margine de nuestra comunidad, y no le permita ser protegido en sus derechos fundamenta­les.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile