La próxima grieta
QUIEN haya asistido u observado con detención la marcha contra el sistema de AFP del pasado domingo 24 se habrá percatado de que esta no fue una movilización más, sino una de aquellas que, por su espontánea masividad, marcan un punto de inflexión, expresando ese exacto momento en el que una demanda rompe las fronteras de la marginalidad y se transforma en un fenómeno masivo.
En este sentido, la marcha del domingo pasado –replicada en todo el país con importante convocatoria- tuvo ese factor sorpresa, como las primeras marchas del 2011 en educación, que se produce cuando se superan las expectativas de los organizadores que, por lo general, son personas o grupos que hace tiempo vienen predicando en el desierto y organizando sin éxito eventos similares, hasta que un día se encuentran con una convocatoria inesperada.
¿Cuál puede ser la “base material” que explica esta inflexión? La del domingo no era mayoritariamente una “marcha de los bastones” sino más bien de personas en la edad media, entre 40 y 50 años. Se trata de un grupo etario, predominantemente de clase media, que ha visto en los últimos años jubilarse a sus padres a través del sistema de AFP, y junto con ello ha constatado el drástico descenso en sus condiciones de vida. Ver cómo sus ingresos caen al 30 por ciento o menos de lo que ganaban en sus últimos trabajos, deja de ser una abstracción o algo llamado “tasa de reemplazo”, para transformarse en una experiencia de vida cotidiana, dura y concreta. A su vez, esta generación junto con observar a sus padres lidiando mes a mes con las jubilaciones de las AFP, y con gastos crecientes en saCODELCO lud que se comen los ahorros, también comienza a mirar su propio futuro en ese espejo y a preguntarse qué va a pasar con ellos o por qué su situación habría de ser muy distinta a la de sus padres.
Si bien esta experiencia concreta de vida de padres e hijos (y a veces de nietos) ha sido el factor detonante, tampoco se puede dejar de mencionar en la comprensión masiva del problema, el rol de los “predicadores en el desierto”, particularmente de la Fundación Sol que, premunida de una didáctica sencilla y eficaz, ha logrado transformar temas técnicamente complejos en información y conocimiento al alcance de todos, redefiniendo el sentido común. Transformar en pedagogía popular conocimiento técnico y no perder rigurosidad en el intento es algo meritorio.
Si desde hace diez años el modelo viene siendo impugnado por sus promesas incumplidas en educación, todo indica que su próxima grieta será el sistema de pensiones. Un tema fuera de agenda, que presionará en lo inmediato y se tomará la contienda de 2017. Internarse en el campo de las AFP no es solo abordar el tema de la seguridad social sino tocar una de las teclas más íntimas del modelo económico. Un asunto en el que se mueven poderosos intereses. El liderazgo que se atreva a correr los riesgos de ponerse a la cabeza de manera creíble de este tema puede hacer la diferencia en medio de la fragmentación y del descrédito político actual. Quien quiera encabezar el tema de las pensiones en forma creíble, puede marcar la diferencia en medio del descrédito político actual.