En los centros San Juan de Dios y San José se han vivido situaciones de colapso en la atención de pacientes.
San Juan de Dios a la demanda, pero muchas veces la gran traba y dificultad es el recurso material, el espacio físico”.
Agrega que el trabajo en urgencias no es sencillo, pues “uno tiene que enfrentarse con lo desagradable, con lo triste que es ver a una persona enferma. A veces enfrentarse con la frustración de no poder resolver los problemas tan rápido o con la velocidad que uno quiere; tropezarse con la frustración de los familiares, y a veces con su agresividad”.
Exequiel González Cortés
Son pasadas las 01.00 del viernes y Catherine Berthold conversa con Daniela Merino. Ellas están a la espera de que sus parejas salgan con sus hijos desde el interior de la urgencia pediátrica del Hospital Dr. Exequiel González Cortés.
La hija de Catherine, de ocho años, está con mareos y fiebre, mientras que el niño de Daniela, de cuatro meses, presenta problemas respiratorios. “Yo vine hace dos días atrás acá con mi hija y había mucha gente. Pero igual se demoraron poco en atenderla, me demoré tres horas”, señala Berthold.
Ambas relatan que la atención del personal médico es buena y rápida. Que a sus hijos les hacen los exámenes rápido. Pero que las condiciones de espera no son las mejores. “La sala es helada y sucia”, indica Catherine. Opinión que es compartida por Daniela: “Además, los baños nunca están limpios. Aquí nunca he visto gente limpiando el piso”.
Al interior de la unidad de urgencias está Marcela Aravena. Su hijo de cuatro años está con un cuadro de gastroenteritis: “La espera afuera es larga, por la calificación previa que le hacen, pero acá adentro ya se agilizan”. Eso sí, tiene reparos: “La espera acá adentro no es de lo mejor, se podría separar a los niños, porque están uno junto al otro, todos los bichos en el mismo lugar”.
Begoña Yarza, directora del hospital. explica que “somos un servicio de urgencia que concentramos la demanda de atención médica