Los atletas (casi) olímpicos
En un galpón de aspecto ochentero en calle Tarapacá está la Federación Chilena de Esgrima. Ahí todos los lunes y jueves entrena el club Máscara de Hierro, uno de los 15 que hay en Santiago. Tiene miembros de todas las edades, los que avanzan en distintas direcciones y ensayan el desplazamiento de lado característico de este deporte dándole estoques imaginarios a un oponente imaginario.
Dentro del grupo están Pilar González (27, diseñadora) y Fabián Flores (29, director audiovisual), pololos que empezaron hace seis meses a practicar. “Era mi sueño de chica, en esa época no había internet y nunca encontré un lugar. Ahora, ya de grande, con mi pololo quisimos hacer un deporte juntos y me acordé de la esgrima”, cuenta González. Flores dice que nunca fue muy bueno para la actividad física, en el colegio quedaba fuera de los equipos y que en la universidad abandonó el ejercicio, pero que en el club ya quieren que participe en una de las ocho competencias amateur que hay en Santiago. “Caché que se podía, que no tenía que ser bueno ni atleta para participar”, afirma.
Ana Cahue, técnica del Máscara de Hierro y secretaria de la federación, cuenta que en el periodo post Juegos Olímpicos los interesados aumentan, que cuando Paris Inostroza compitió en los juegos de Beijing hubo un boom y que actualmente la practican unos 600 chilenos. Que la mensualidad de los clubes cuesta entre 20 y 25 mil pesos y que la indumentaria -guante, careta y una tenida de seguridad que evite ser atravesado por el arma, posibilidad remota pero posibilidad al fin- cuesta unos 300 mil pesos, pero que los clubes prestan todo al principio para que puedan ir comprando las cosas de a poco. ¿El calzado? Zapatillas planas.
“Explicarle a mi abuelita lo que hago es difícil, en especial cuando llego con moretones a la casa”, cuenta González sobre el deporte que se practica en asaltos, que son lo mismo que un round en el boxeo. Hay tres tipos de armas florete, espada y sable-, con normas ligeramente distintas, pero que básicamente consisten en dar “toques” al oponente que es cuando se alcanza con el arma una parte de la chaqueta del otro lo que activa un sistema eléctrico.
“Lo básico te lo enseñan rápido y después de dos clases cualquiera puede subirse a la peana y hacer un asalto”, explica Flores.
Club Máscara de Hierro: llamar a Ana Cahue (99 4424831) o llegar directamente a la Federación Chilena de Esgrima los lunes y jueves a partir de las 5 pm (Tarapacá 739, Santiago).T