Sea o no destituida Dilma Rousseff,
El país debería curar sus heridas y enfocarse en el crecimiento económico.
El discurso de defensa de Dilma Rousseff parecía haber frenado el aumento del número de senadores a favor de un fallo condenatorio contra la Presidenta. Al menos así se mostraba ayer en el conteo que llevan los medios en sus páginas web. El diario Folha de Sao Paulo establecía 52 votos a favor de la acusación, 18 en contra y 11 no definidos, mientras que O Globo le daba 53 al “sí”, 19 al rechazo y nueve no expresaba su opinión. Dilma necesita 28 votos para evitar su destitución.
En caso de que un escenario así se produjese, Rousseff podría regresar a ejercer el gobierno, del que estuvo apartada tres meses y medio. Y retomar el Ejecutivo implicaría echar pie atrás en muchas decisiones de Temer, restablecer parte de su gabinete y probablemente mantener parte de las medidas económicas que puso en marcha su reemplazante, en función de mantener el tímido crecimiento del país y evitar nuevas turbulencias en este ámbito. De la misma forma, se encontraría con un panorama regional que -aparentemente- se estaba acostumbrando al gobierno de Temer. Eso, con el entendimiento del Ejecutivo de Macri, en Argentina, ante el conflicto desatado por la presidencia semestral del Mercosur que le correspondía a la Venezuela de Maduro.
Sin embargo, Rousseff retomaría el poder debilitada, con escasas fuerzas, porque la coalición de gobierno se hizo trizas a consecuencia del juicio político, y con una imagen pública muy golpeada, por las acusaciones en su contra y por el escándalo de Lava Jato, que ha afectado al Partido de los Trabajadores (PT) y a buena parte de los partidos políticos brasileños.
Por esto mismo, y como una forma de tratar de convencer a los senadores indecisos con una alternativa a su destitución, Rousseff ha planteado la posibilidad de que, en caso de seguir en la Presidencia, convocaría a elecciones anticipadas, posiblemente en 2017, pero donde los ciudadanos no sólo puedan elegir a un reemplazante para ella, sino que también se lleven a cabo comicios parlamentarios como una forma de forzar la regeneración política tras los escándalos de corrupción.b