Premio Nacional de Ciencias
Señor director:
Deseo representar nuestro orgullo por el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas otorgado al profesor Horacio Croxatto. No repetiré en estas líneas sus extraordinarios aportes en el campo de la Medicina Reproductiva y sus merecidos reconocimientos durante más de cinco décadas, desde esos pioneros trabajos en el control de la natalidad en mujeres con uso de micro dosis de progestágenos por vía subcutánea (1969). Quisiera más bien referirme al hombre sencillo y humanista que conocí en marzo de 2011, y que me fue a ofrecer, cuando yo era director de la Escuela de Medicina, su labor docente con los estudiantes de pregrado en cualquier curso, por muy modesto que éste fuere.
Tiempo después me lo encontré en una esquina de nuestro Campus República y cruzó la calle con una sonrisa amplia y me dio las gracias porque estaba haciendo un curso de formación general en embarazo adolescente.
Meses después y siendo yo decano, le solicité que nos diera una conferencia magistral para abrir oficialmente el año académico. ¿Su tema? ¿Fertilización, anticoncepción, niveles hormonales? Nada de eso. Su ponencia se llamó “La Vida es para disfrutarla”. Y durante ese evento instó a los estudiantes a ser mejores y felices. Cito textualmente: “Lo que nos asegura disfrutar la vida es tener buena autoestima, la que se logra haciendo lo que nos gusta y haciéndolo bien. Si entraron a estudiar una carrera que les gusta háganlo bien. Si no les gusta déjenla y encuentren una actividad que los apasione para hacerla bien. Hacerlo bien da una sana alegría porque mejora la autoestima y confiere una conformidad consigo mismo que da una agradable sensación de seguridad en uno mismo”.
Este es el mensaje del profesor Croxatto que hemos recibido durante estos años. Señor director:
La sección “El secreto interés en la política” del artículo titulado como esta carta –publicado por La Tercera el 28 de agosto–, a propósito de la encuesta CEP de julio-agosto 2016, presenta un par de imprecisiones.
Primero, titula como “Las preguntas ocultas de la Encuesta CEP” una serie de datos asociados a la frecuencia del consumo de información política. La encuesta CEP no tiene preguntas “ocultas”. Nuestra política es publicar todo lo que se pregunta. Tanto el cuestionario como la base de datos quedan a disposición del público, aproximadamente, una semana después de la presentación de los resultados.
Segundo, las cifras allí expuestas no son correctas. Éstas fueron tomadas de un informe, anexo a la base de datos, que contenía errores de tipeo en este apartado, los que fueron corregidos durante la mañana del viernes 26. En comunicación escrita, quien suscribe advirtió de este error a La Tercera durante la tarde del mismo viernes.
Por esto, llama la atención que el medio afirme el lunes 29, que el error “… fue corregido posteriormente por el CEP durante el viernes 26 sin que La Tercera estuviera al tanto”, pues no se ajusta a la realidad. prácticas que dañan a la democracia y al sistema político. A su vez, estas situaciones deben ser fiscalizadas por las autoridades competentes, ya que atentan contra la igualdad de condiciones que debe existir en los procesos electorales, afectando con ello el despliegue de una competencia efectiva entre los candidatos.