Destacado genetista obtiene el Premio Nacional de Ciencias Naturales 2016
Francisco Rothhammer ha rastreado el ADN de los chilenos desde los primeros habitantes. Docente y formador, hoy lidera un estudio para ver cómo la evolución de los genes influye en la salud.
El ADN de los chilenos contiene, en promedio, 44% de genes indígenas, 52% europeos y 4% africanos. La mitad de la población tiene algún antepasado africano, sobre todo en el extremo norte, Valparaíso y Santiago.
Esos fueron parte de los resultados del proyecto internacional Candela, que por más de cinco años ha estudiado los genes de la población mexicana, colombiana, peruana, brasileña, chilena y argentina, y que en Chile dirige el genetista Francisco Rothhammer (76), investigador del Instituto de Alta Investigación, de la U. de Tarapacá, que ayer fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias Naturales 2016.
Por “su destacada labor como genetista en el ámbito de la antropología” y su rol como académico, Rothhammer es el último de los galardonados este año.
Ex director del Departamento de Genética Humana de la U. de Chile, y formador de varios investigadores que hoy ejercen en el área, Rothhamer lleva cerca de nueve años intentando descifrar genéticamente cómo evolucionaron los chilenos, desde los primeros habitantes del país.
En cerca de 200 trabajos se ha referido a la composición genética de estas poblaciones, sus cambios y consecuencias biomédicas, producto de la mezcla.
En 1995, junto con investigadores de la U. de Pittsburgh, Rothhammer describió que una sola ola migratoria pobló el continente americano hace 14.500 años, tras el estudio del ADN mitocondrial de 1.300 nativos americanos y en 300 restos humanos precolombinos.
Ciencia desde el extremo
“Había muchos candidatos y de muy alto nivel, esa era la incógnita. Pero esta mañana cuando supe me alegré mucho”, dice Rothhamer desde Arica, donde se radicó hace nueve años.
Vive a cinco minutos de la universidad, lo que le encanta, porque dice que puede ir cuando quiera, incluso los domingos. “Tiene muchas ventajas. La universidad me recibió con mucho cariño, he podido trabajar en tranquilidad y con todas las facilidades”, dice.
Hoy está dedicado a analizar los últimos resultados del proyecto Candela, en una etapa que busca la correlación de la ancestría y algunos patrones de morbilidad de la población, para determinar si algunos grupos tienen más riesgo de desarrollar algunas patologías, lo que debería terminar a fin de año.
¿Qué quiere hacer después? “Lo que viene después no se sabe. En ciencias se sabe cuándo se empieza, pero no cuándo termina, porque se abren nuevas preguntas y se continúa”, dice.
Su proactividad es algo que destaca Macarena Fuentes, quien fue su asistente de investigación y hoy realiza un doctorado en la University College de Londres. “Él logra juntar arqueología con biología y genética, que son cosas que no todo el mundo logra hacer, porque no es fácil. Es muy inteligente, muy hábil. Fue también presidente de la Academia Chilena de Ciencias. Era súper movido y comprometido”, indica.
“Es un gran aporte al desarrollo de la genética de poblaciones en Chile, de los pueblos originarios. Ha sido el genetista que más estudios ha hecho a lo largo de su carrera en los distintos grupos de amerindios. Hizo un gran aporte al desarrollo de la disciplina en Chile”, subraya Lucía Cifuentes, investigadora del programa de Genética Humana de la U. de Chile.
Mauricio Moraga, también de U. de Chile, lo destaca como pionero en áreas de la genética de poblaciones. “Vio cosas que no todos veían en ese momento, en una época en que las herramientas que se utilizaban eran más limitadas, y supo, en el transcurso del tiempo, ir adaptándose a otras herramientas”.
“Este año la competencia estaba bastante dura, había excelentes candidatos de muy buenas universidades. Rothhammer es un excelente científico, su nivel de publicación es bastante elevado y tiene un importante nivel de citaciones. Ha sido parte de sociedades científicas internacionales y también ha hecho su trabajo desde regiones, lo que sin duda es muy importante”, destaca Alexis Kalergis, académico de la U. Católica y director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia.b